Son días ajetreados en el Reino Unidos con el presidente Yoon Suk Yeol de Corea del sur y su esposa Kim Keon Hee de visita. Para recibirlos, la princesa de Gales se vistió con un inolvidable abrigo rojo. Y para el baquete de Estado, un espectacular vestido blanco y una especial tiara.

La visita del presidente de la República de Corea de Sur a Reino Unido ha resultado la excusa perfecta para que las mujeres de la casa real británica deslumbren con su estilo. Para la ocasión, Kate Middleton ha desempolvado el joyero royal, rescatando la tiara Strathmore Rose, la que vimos por última vez en 1930 lucida por la Reina Madre.

La princesa de Gales fue definitivamente una de las protagonistas del banquete de Estado ofrecido por Carlos III a Yoon Suk Yeol y su esposa. Y estrenó un espectacular vestido blanco entallado, que destaca por las mangas y una minicapa. El diseño, pertenece a una de sus firmas favoritas: Jenny Packham.

Un diseño muy parecido al que la esposa del príncipe William llevó en el banquete de Estado en honor del presidente de Sudáfrica hace algunas semanas. Una tradición de usar blanco que, se dice, sigue de la reina Isabel II.

Para completar el look perfecto, Kate agregó unos guantes blancos largos, un clutch satinado y la comentada tiara Strathmore Rose, no vista en 93 años. La joya fue un regalo de bodas de su padre para Isabel Bowes Lyon, la popular Reina Madre, y la tiara tiene el apellido de la familia, pues su papá era el conde de Strathmore y Kinghorne.

Si bien nadie esperaba que Isabel fuera reina, su familia consideró que necesitaba una tiara como tal. Fue fabricada a finales del siglo XIX en Inglaterra y sus flores pueden ser utilizadas como broches. Isabel Bowes Lyon lució la tiara en varios retratos oficiales. Sin embargo, la mayoría de veces la llevó sobre la frente y no como diadema.

Con el tiempo, la reina dejaría de usarla, al tener joyas más recargadas. Tras su muerte, en 2002, pasó a formar parte del joyero de Isabel II. La reina más longeva de Inglaterra nunca la usó públicamente. Y ha sido Kate Middleton la encargada de recuperar esta preciosa “joya perdida” de la familia real.