Uno espera que se separen cantantes, actores o futbolistas, pero es raro cuando se anuncia -con este nivel de exposición- el término de la relación sentimental del mandatario de un país. Ayer, y a través de sendos comunicados en sus respectivas redes sociales, nos enteramos de que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se separa de su esposa, Sophie Grégoire-Trudeau, luego de 18 años de matrimonio. Una relación que sumó 20 años sumando los de noviazgo y de la que se cuentan tres hijos en común.
La secretaría de gobierno confirmó que hay “un acuerdo de separación legal”, pero no hablan, por el momento, de divorcio. Tanto Trudeau como Grégoire comunicaron esta decisión en sus respectivos perfiles en redes sociales. Y lo hicieron en inglés y francés. “Hola a todos. Sophie y yo queremos compartir que, tras muchas conversaciones importantes y difíciles, hemos tomado la decisión de separarnos. Como siempre, continuaremos como una familia muy unida con un profundo amor y respeto el uno por el otro y por todo lo que hemos construido y seguiremos construyendo”, publicó Trudeau. “Por el bienestar de nuestros hijos, les pedimos que nos respeten y a nuestra privacidad, gracias”, termina el breve pero innegable texto.
Hay que recordar que una de las últimas veces en las que se les vio juntos en un acto oficial fue a principios de mayo en Londres, durante la coronación del rey Carlos III, cuando llegaron de la mano a la Abadía de Westminster. Trudeau, que cumplirá en noviembre ocho años liderando el gobierno canadiense, se conoció con su esposa durante los años de infancia. Estudiaron en la misma escuela, ella era compañera del hermano pequeño de él, quien murió por una avalancha mientras esquiaba en 1998. Se dejaron de ver durante los años de educación superior, pero en 2003 se reencontraron en un acto de beneficencia y a los pocos meses empezaron a salir.
Sophie contó en alguna ocasión que el flechazo fue instantáneo: “En la primera cita me miró a los ojos y me dijo: He estado esperándote 31 años. Vas a casarte conmigo. Vamos a formar una familia”. Fue así como se comprometieron en octubre de 2004 y se casaron en mayo de 2005. Él ya transitaba por la arena política, y ella como periodista cultural y de salud tanto en radio como televisión, y finalmente siendo uno de los rostros de una cadena de televisión en Canadá. En 2010 dejó su trabajo y se concentró en trabajos filantrópicos, enfocados a mujeres, niñas y centrado en los desórdenes alimenticios. Esto porque ella sufrió de bulimia durante la adolescencia.
Con tres hijos de 15, 14 y 9 años, para el día de la madre del año pasado, Trudeau dedicaba palabras a su esposa diciendo que era una de las personas “más fuertes, valientes y fantásticas” que conocía. Durante la carrera política de Trudeau, Sophie mantuvo un discreto perfil y solo se abocó a las causas sociales que defiende.
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