Revista Velvet | Julio Rojas: “La IA nos va a pasar por encima”
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Julio Rojas: “La IA nos va a pasar por encima”

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Julio Rojas: “La IA nos va a pasar por encima”

POR equipo velvet | 01 marzo 2024

El creador del mundialmente exitoso podcast “Caso 63” está obsesionado con el futuro, sobre todo con la amenaza de la Inteligencia Artificial, a la que ve en un rumbo de inevitable colisión con la sobrevivencia de nuestra especia.

Por Polo Ramírez Fotos Bárbara San Martín

Para Julio Rojas, todo es un cuento. Una historia. Odontólogo de formación, guionista y escritor por vocación, narra su vida a punta de pequeños relatos que marcan las inflexiones fundamentales de su trayectoria y que lo tienen convertido en una celebridad gracias a su exitosísimo “Caso 63”, la audioserie de Spotify protagonizada por Antonia Zegers y Néstor Cantillana, y con versión en inglés a cargo de Julianne Moore y Oscar Isaac, que logró reflejar más de una ansiedad sobre la realidad en sus oyentes a nivel mundial.

–¿Qué tuvo “Caso 63” que la hizo tan exitosa?

–La pandemia marcó un hito donde se acabó el futuro, fue un borde, cambió las certezas sobre el futuro. Estábamos en una anomalía y la gente escuchaba una ficción que intentaba explicarla… era ciencia ficción más ciencia ficción…

–La pandemia nos hizo vivir un momento que parecía creadopor la ciencia ficción…

–Y como no sabíamos cómo iba a evolucionar y no sabíamos qué iba a pasar la próxima semana, el concepto del futuro se esfumó. El hecho de que viniera un viajero del tiempo a decirnos las certezas fue abrazado por mucha gente.

Este autor destacado por medios internacionales como Variety y The Times, llegó a convertirse en guionista casi por azar. En una fiesta conoció a Juan Harting y a Christine Lucas, que poco antes habían estrenado “En tu casa a las 8”. Les contó que escribía y lo animaron a probar con un guión. Le salió sorprendentemente fácil. Empezó a investigar sobre el tema, tomó un curso y se integró al taller literario de Pía Barros. Armó una presentación para sí mismo sobre estructura de guiones y terminó dando charlas en la Escuela de Cine… “¡Sin haber escrito jamás una película…!”, destaca.

Recuerda que su primera gran oportunidad llegaría gracias al director de cine local Alex Bowen, quien le encargó una historia sobre la cuasi guerra entre Chile y Argentina en los años 70. Viajó a Punta Arenas para visualizar el escenario y escribió “Mi mejor enemigo”, película que sería seleccionada para los Premios Goya.

Había partido una nueva carrera triunfando. Vendió su sillón de dentista y todos sus instrumentos. Derivó sus pacientes a distintos amigos y se dedicó por completo a escribir.

Matías Bize, alumno suyo, lo reclutó para su ópera prima: “Sábado”, ideada por el propio Julio Rojas. Después vinieron “En la cama”, “La vida de los peces”, “La memoria del agua”, producciones premiadas en múltiples festivales internacionales.

Más tarde trabajó en Canal 13, en el prediseño de series como “Huaiquimán y Tolosa”, “Vida por Vida”, “Héroes” y “Los 80”, y también en TVN, junto al área dramática.

El 2018 publicó su primera novela: “El visitante extranjero”, la historia de un dentista forense que va detrás de un asesino en serie, y primera de varias publicaciones.

Un año más tarde, a fines de 2019, inspirado en la noticia de unas perforaciones que los rusos estaban haciendo en la Antártica, escribió la serie “Bostox”, que relataba la historia de una pandemia provocada por un virus almacenado en los hielos del continente blanco. Investigando el asunto, se topó con estudios que hablaban de una neumonía atípica surgida recientemente en Wuhan, China… Recuerda haberle dicho a un taxista en Los Angeles, California: “Compre mascarillas, se viene algo grande… Parecía un loquito anunciando el fin del mundo”, recuerda.

De sus tiempos de dentista vinieron dos recuerdos que le darían la forma definitiva a “Caso 63”: la llegada al Sapu de Lo Barnechea de un hombre desnudo que aseguraba venir del futuro (a quien él atendió haciéndose pasar por el siquiatra del establecimiento), y también las conversaciones con una siquiatra del Hospital del Salvador, con quien solía almorzar.

Ya han pasado tres temporadas desde el lanzamiento de esta serie que se convirtió el 2020 en el podcast original con guión más escuchado en América Latina y el primero de Spotify en habla no inglesa en ser adaptado a otros idiomas. Incluso tiene una versión en indi protagonizada por estrellas de Bollywood.

LEJOS DE LAS MÁQUINAS

Julio Rojas Gutiérrez nació en Santiago hace 58 años. Cuenta que su padre tenía una fábrica de tejidos en la calle Puente, donde también trabajaba su madre. Él se les sumaba apenas salía del colegio en diciembre para ayudar con los pedidos navideños. Un día, se acercó a una de las máquinas tejedoras, que utilizaban tarjetas perforadas, y le metió un palo de helado, echándola a perder de inmediato. Su padre, más como forma de prevención que de castigo, lo llevó al cine que quedaba a unos pocos pasos, Cinelandia, y le dijo al encargado: “Mantenga a este niño lejos de mis máquinas”. “Así que tuve cine gratis de ahí en adelante”, rememora. Ahí vio “King Kong”, “Encuentros cercanos del tercer tipo”, todo Hitchcok, westerns italianos. Entremedio paseaba por las galerías del centro y com- praba estampillas de otros tiempos y latitudes en El Penique Negro.

El mismo poder de esas historias foráneas que lo inspiraron, lo llevan a cuestionarse las narrativas globales que están por venir.

–¿El futuro para ti es un estímulo creativo o una preocupación vital?

–Es mi gran tema, es el tema que me moviliza. Después de la pandemia empieza una aceleración tecnológica con la Inteligencia Artificial, que ayuda a que se desmorone la realidad. Antes teníamos un horizonte futuro. Ahora hay una sola certeza: es el fin de los seres humanos como centro. Porque siempre éramos los más inteligentes. Pero ahora, con la IA, eso cambió. Estamos hablando de algo único: de la externalización de la inteligencia. Por primera vez hay un objeto exótico que puede competir con el ser humano en la toma de decisiones sobre la realidad. Pero eso exótico tiene una ventaja sobre nosotros. Nosotros no somos habitantes digitales por defecto. Ese objeto exótico nada a sus anchas en un universo digital en el cual nosotros somos invitados, y puede alterar la realidad de una manera que tal vez no podamos comprender.

–¿De qué manera puede la IA tomar el control? Porque estamos hablando de algo que no tiene vida y que depende de una maquinaria creada por el ser humano para actuar…

–Bueno, en una sopa elemental de CHON, que es carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, un grupo de moléculas se organiza y genera una entidad que se transforma en un sistema vivo que empieza a apoderarse del ambiente… Y uno diría: “¿Por qué un grupo de moléculas va a dominar la Tierra?”. Porque es evolución básica… No existe la involución tecnológica: uno toma un palo para matar a un animal, el siguiente palo va a ser mejor que el anterior. No existe en la historia humana una reversión tecnológica. No me preocupa que la máquina tenga conciencia o no, porque eso es antropomorfizar la máquina… El peligro existencial es que ni siquiera comprendamos su evolución y que tome decisiones autónomas de algo que no va a ser comprensible para el ser humano.

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