El destacado actor Jorge Arecheta, conocido por su participación en producciones como ‘Vuelve Temprano’ (2014), “Yo soy Lorenzo” (2019) y  ‘La Jauría’ (2020), comparte detalles de la obra ‘Moscas sobre el Mármol’ y habla sobre el desafío de interpretar al protagonista de este drama.

El vacío existencial, la crisis de fe, la soledad y manipulación son algunos de los temas que explora la obra ‘Moscas sobre el Mármol’, escrita en 1958 por el dramaturgo chileno, Luis Alberto Heiremans. Ahora, a 60 años de su muerte, llega al Teatro Municipal de Las Condes la tercera versión de la obra que se ha visto en el país. Esta vez, bajo la dirección de Álvaro Viguera y un elenco compuesto por Jorge Arecheta, Pali García, Nicolás Pavez, Felipe Zepeda y Antonia Santa María, donde Arecheta deberá enfrentarse a uno de los roles más exigentes de su carrera.

La trama está ambientada a fines de los años 50 y cuenta la historia de una familia acomodada en la que Julián organiza una fiesta en honor a su amigo de infancia, Enrique, a quien no ha visto por más de diez años. Este encuentro despertará secretos del pasado y creará conflictos al interior de este particular clan. Hoy, el actor de 38 años nos cuenta algunos detalles:

¿Tienes alguna similitud con Julián, el personaje que interpretas?

Yo creo que sí hay una similitud y algo que quizás todos tenemos, que tiene que ver con los límites entre la cordura y la locura. Quizás soy patudo al decir que nos pasa a varios jajaja, pero para mí ha sido un tema. Me gusta tener control sobre mí mismo, me gusta ser más ordenado. Julián es todo lo contrario, tengo que chasconear, interpretando a este personaje.

El personaje, tiene una relación complicada con su madre y su pareja. ¿Cuál es el desafío actoral de representar este rol en la obra?

Yo creo que como todo proyecto es desafiante, este lo es, quizás, un poco más. Cuando uno tiene más protagonismo, tiene más carga. Pero también pasa que cuando hay más protagonismo, es mucho más fácil seguir una línea. Es más orgánico. Yo lo disfruto mucho.

Poniéndote un poco en los zapatos de espectador, ¿qué emociones puede esperar el público al ver la obra?

Siento que se van a reír. Si bien en algunos momentos entra en algunas profundidades ideológicas, tiene la habilidad de ser una obra muy ágil. No es como, simplemente, ponerse a filosofar en el escenario, sino que la filosofía corre en estos personajes que llevan a la acción. Creo que el público va a seguir el camino de la obra y que se van a sorprender con lo que va pasando.

¿Crees que se pueden sentir identificados de alguna forma?

Sí, creo que es una obra con la que el público se va a sentir identificado. Si bien es un texto que ya tiene unos años, ocurre que muchos de los temas que se tratan en la obra siguen siendo contingentes al día de hoy, como el rol de la mujer en el matrimonio, la fe e instituciones que nos rodean. Los conflictos son muy humanos y tienen que ver con las relaciones, entonces me parece que eso siempre va a calar en una u otra persona.

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