Luego del largo y nervioso conteo de votos y con un presidente Trump al borde del delirio al acusar de fraude el proceso, sin ningún tipo de pruebas, finalmente, el demócrata Joe Biden fue electo como el próximo presidente de Estados Unidos. Ahora, los ojos se trasladan a Jill Biden, la esposa del ex vicepresidente entre los años 2009 y 2017 y ahora la flamante nueva primera dama de Estados Unidos.
Jill es el regreso a la clásica primera dama estadounidense. Y a la hora de vestir su estilo también clásico es más bien atípico. Es docente de inglés y a eso se ha dedicado prácticamente toda su vida, incluso cuando fue segunda dama mientras su marido era VP. Nunca dejó de trabajar y rompió los esquemas al convertirse en la primera segunda dama en tener un trabajo remunerado mientras cumplía con sus tareas oficiales en la Casa Blanca apoyando a Michelle Obama. De hecho, hasta hace poco seguía dando clases en una escuela comunitaria de Virginia para niños y jóvenes a quienes sus familias no pueden costear sus estudios.
A sus 69 años, confiesa que jamás pensó que a sus veinte y algo su vida daría un giro tan grande. Y es que tras divorciarse de su primer marido conoció a Joe Biden, quien en ese entonces llevaba un tiempo viudo tras perder a su esposa y a su hija en un accidente automovilístico. Fue el hermano del entonces senador quien, en pleno apogeo de la música disco de los 70, los presentó. La conexión fue inmediata. La pareja tuvo una hija y en 2015 tuvo que acompañar a su esposo en una trágica y nueva pérdida familiar. Ese año, el hijo mayor de Bien, Joseph Robinette Beau Biden, murió por un tumor cerebral. Tenía 46 años y había sido el único sobreviviente del accidente que décadas atrás se había llevado a su madre y hermana.
En los últimos meses Jill tomó una posición decisiva a la hora de hacer campaña por su marido. Y estuvo presente en la mayoría de los mítines y programas de televisión remarcando la trayectoria de su esposo y el respeto a la diversidad en su más amplía expresión. Muchos dicen que ella es alguien sin carácter, lo cierto, es que algunas fuentes han comentado a varios medios que siempre está muy presente en la toma de decisiones. También se ha puesto metas claras: en 1993, después de que cuatro de sus amigas fueran diagnosticadas con cáncer de mama, Jill Biden inició la Iniciativa Biden Breast Health Initiative en Delaware, que ha educado a más de 10 mil niñas de secundaria sobre la importancia de la detección temprana del cáncer de mama.