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Foto Grosby Group
La caída de Jennifer Lawrence durante la ceremonia de los Oscar en 2013, es inolvidable. Sin embargo, y más allá de la gracia con que la actriz se toma las cosas, no es el único tropiezo literal en su carrera. Eso sí, Lawrence aprendió la lección. Y así lo ha demostrado en la alfombra roja del Festival de Cannes.
“¡Dress to impress!”, y así lo ha hizo Jennifer Lawrence quien fue invitada al estreno de Anatomy of a Fall en la 76ª edición del Festival de Cannes. La actriz lució un espectacular vestido rojo de Dior, pero nadie imaginaba lo que “guardaba” bajo aquella voluminosa falda.
La artista de 32 años regresó al festival más importante del mundo cinematográfico como invitada, pero también, como productora de la cinta Bread and Roses. Un documental que se exhibió en el certamen y que trata sobre la vida de las mujeres afganas y el régimen talibán.
Como era de esperar, la embajadora de Dior eligió uno de sus diseños para caminar por la red carpet del Palacio de Festivales y Congresos de Cannes. Inmediatamente se robó miradas y flashes al aparecer con tal espectacular vestido. Por lo mismo, esta vez no podía falla y mucho menos tropezar. ¿La solución? Ponerse sandalias, tipo Condorito.
A diferencia de Julia Roberts que alguna vez acudió descalza al festival, Jennifer llevó un calzado que mantuviera alejada de los problemas. Y así evitar una situación digna de meme, como aquella caída en los Oscar mientras subía al escenario con su vestido de Dior a recibir la preciada estatuilla por El lado bueno de las cosas en 2013.
Cambió los tacos por unas sandalias y su elección fue tremendamente aplaudida cuando quedó al descubierto mientras bajaba por las escalinatas del palacio.
Recordemos que la actriz volvió a caer al año siguiente, también en los Oscar mientras caminaba por la alfombra roja. Y dos años después, tropezó y perdió un zapato saliendo de un restaurant en Londres. Sin embargo, la actitud de Jennifer Lawrence ha hecho de sus tropiezos una parte de su personalidad liviana y alegre.
