La actriz chilena Javiera Díaz de Valdés, de 43 años, abrió su corazón en una reciente entrevista para el programa Todo Va a Estar Bien, conducido por Eduardo de la Iglesia.
En la conversación, la intérprete y modelo reflexionó sobre los desafíos que enfrentó en su carrera actoral y cómo los episodios de bullying durante su infancia moldearon su carácter.
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Díaz de Valdés también rememoró sus inicios en la actuación, incluyendo su papel en la película Sexo con Amor (2003), cuando tenía tan solo 19 años. “Fue una cinta muy fundamental en mi vida”, aseguró.
La actriz confesó que su participación en la película le abrió muchas puertas laborales, aunque admite no haber aprovechado todas las oportunidades debido a su juventud. “Era muy inmadura”, explicó.
Y señaló que en ese momento prefirió enfocarse en terminar su carrera de teatro. Sin embargo, también reveló que sus dudas no solo estaban relacionadas con la falta de madurez, sino con el trato desigual que percibía en el medio.
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“Tampoco quería tener un trato muy diferente, quería una relación horizontal con el resto, porque ya uno por ser ‘pituca’… o tener cierto físico, ya es como complicado… tratar como de ser lo más pareja con mis compañeros”.
Cuando Eduardo le preguntó si ha tenido que luchar contra los prejuicios, respondió: “No sé si luchar, pero sí manejarlos”. Durante la entrevista, Díaz de Valdés habló de los estereotipos que ha tenido que enfrentar desde el inicio de su carrera.
“Casi que soy millonaria, cuica, facha, qué sé yo… tonta, puede ser, que no tengo talento. Todo eso es un clásico”, dijo, agregando que, más que luchar contra estas percepciones, ha optado por aprender de ellas.
Javiera también recordó su llegada a Chile en 1989, tras haber vivido en España, un cambio que la marcó profundamente. “Venía de España, que es un país muy abierto, libre, destapado y relajado, con las relaciones sociales más horizontales…”.
“Llego a un país que era absolutamente binario, polarizado, un poco gris y agresivo. Y me afectó un montón”, confesó. La actriz relató cómo estas diferencias culturales, sumadas a las dinámicas escolares, la llevaron a enfrentar episodios de bullying.
“Sufrí mucho bullying en el colegio. Y yo creo que eso me preparó para luego entrar a la escuela de teatro. Los caminos son curiosos, cada uno tiene sus tiempos”, reflexionó con una mirada positiva sobre las dificultades que vivió.