Desde sus apariciones en las celebraciones por el Jubileo de Platino poco hemos visto a la Reina Isabel II. Es por eso que ahora su visita sorpresa en un acto público no ha pasado desapercibida.
La monarca, que habría estado frecuentando reuniones virtuales por su movilidad reducida, decidió asistir a la inauguración de un centro de cuidados paliativos. Evento al que acudió con su hija, la princesa Ana.
En las imágenes se puede ver a Su Majestad ingresando al nuevo edificio Thames Hospice, ubicado en la localidad de Maidenhead, junto a Jonathan Jones, presidente de la junta directiva.
Para la ocasión, la reina decidió llevar un vestido florado en tonos azules bastante sutil que acompañó con su ya clásico bastón para pasear por las instalaciones del edificio, e incluso destapar una placa conmemorativa para recordar su visita.
Según informaron desde Vanity Fair el centro, a cargo de una entidad con más de tres décadas, es resultado de un gran esfuerzo de recaudación de fondos de 26 millones de dólares que hoy se ve reflejado en el edificio con 28 habitaciones privadas para pacientes hospitalizados.