Además de la edad, todos los días la piel está expuesta a factores ambientales como la contaminación, los rayos ultravioleta, pero también al estrés y el cansancio.

Luc Lefeuvre, director de Investigación y Desarrollo de Laboratorios Dermatológicos de Uriage, señala que la suma de estos factores ambientales (no genéticos) se define como exposoma, responsable del 80% del envejecimiento de la piel. Pero un nuevo factor, no tan conocido, también la afecta en forma importante: la luz azul.

“La luz azul es un componente natural de la radiación solar, es parte de la luz visible, pero es menos energética y peligrosa que los rayos UV, ya que no tiene efectos visibles en exposiciones cortas; pero es más penetrante para la piel como para los ojos. Desde la introducción de lámparas LED en nuestros espacios, estamos frente a una gran cantidad de luz azul, exponiéndonos a una media de seis horas diarias, y a un total de tres meses al año”.

La luz azul también afecta a la retina, junto con producir trastornos en el sueño y la concentración. Luc Lefeuvre asegura que se han visto pocos estudios acerca de los efectos negativos de la luz azul probados en la piel, por lo cual el Laboratorio Dermatológico de Uriage experimentó con nuevas técnicas para analizar este tema.

“Los estudios, patentados, arrojaron efectos pro oxidantes de la luz azul sobre la piel, es decir, que influirá en su envejecimiento. Por ello es considerada como la nueva plaga del siglo XXI, ya que está presente en las nuevas pantallas de televisión, tablet, celulares y computadores”, subraya.

Considerando este escenario, Uriage desarrolló la línea Age Protect. La cual integra: crema, fluido, crema con SPF 30, contorno de ojos, sérum, crema de noche detox y crema de noche peeling. Todos productos que poseen un escudo antiexposición que busca luchar contra los efectos nocivos en la piel de la polución y, especialmente, de la luz azul, con una fórmula patentada; además de actuar como corrector antiedad, combatiendo arrugas y manchas.