Los días de posar en las famosas escaleras del hogar de Carrie Bradshaw en Manhattan podrían haber llegado a su fin. La propietaria de la casa icónica, ubicada en el 66 de Perry Street en el West Village de Nueva York, ha solicitado permiso a las autoridades para instalar una reja de hierro y bloquear el acceso.
La razón es comprensible: tras más de dos décadas desde el estreno de Sex and the City en 1998, el lugar se ha convertido en un punto de peregrinaje para los fanáticos, quienes acuden diariamente a tomarse fotografías.
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Aunque el pórtico de la casa solo sirvió como el exterior del apartamento de Bradshaw, interpretada por Sarah Jessica Parker, la locación se ha convertido en un emblema del glamour neoyorquino que la serie representa.
Barbara Lorber, dueña de la propiedad, explicó en su solicitud a la Comisión de Preservación de Monumentos Históricos de Nueva York que “el frente de mi casa apareció en la serie Sex and the City como el exterior del apartamento del personaje Carrie Bradshaw”.
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“Mi error fue sentir lástima por el joven encargado de locaciones, quien recién se había graduado de la Escuela de Cine de NYU. Me dijo que si no conseguía esta casa, perdería su primer trabajo real en la industria“, reveló.
Con el tiempo, la fama de la serie superó cualquier expectativa inicial. “En ese momento, nadie sabía que el programa se convertiría en algo tan duradero… y mucho menos en el vehículo icónico y de fantasía que es hoy, un símbolo de la magia de Nueva York“, agregó Lorber.
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“Mi casa ahora es un destino turístico global. A cualquier hora del día o de la noche, hay grupos de visitantes frente a la casa tomando fotos con flash, hablando en voz alta, publicando en redes sociales, grabando videos para TikTok o simplemente celebrando el momento“.
A pesar de haber colocado un letrero de “Prohibido el paso. Propiedad privada”, muchos fanáticos no han respetado los límites. Lorber relata que algunos cruzan la cadena que delimita el espacio, se sientan, bailan o incluso se acuestan en las escaleras.
Peor aún, algunos intentan abrir la puerta principal, tocan los timbres por la noche o miran por las ventanas. “Después de más de 20 años esperando que la fascinación por mi pórtico desapareciera y que los fanáticos encontraran un nuevo objeto de devoción”.
“He aceptado que necesitamos algo más sustancial. Para recuperar una calidad de vida razonable para nuestros inquilinos y para nosotros mismos, necesitamos instalar una reja adecuada”.
La Comisión ha aprobado la solicitud de Lorber para instalar la reja, aunque aún se está discutiendo el diseño final.