Revista Velvet | Hurkle-Durkle: quedarse un rato más en la cama no siempre es flojera
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Hurkle-Durkle: quedarse un rato más en la cama no siempre es flojera

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Hurkle-Durkle: quedarse un rato más en la cama no siempre es flojera

POR equipo velvet | 23 diciembre 2025

Hay algunas mañanas que salir de la cama toma algo más de tiempo y simplemente queremos quedarnos ahí un ratito más. Despiertos, sin mirar el teléfono… un acto de rebeldía que podría aparentar flojera, pero lo cierto es que puede estimular la creatividad.

El hurkle-durkle (o hurkle-durkling) es ese placer no culpable de quedarse un rato más en la cama después de que suena el despertador.  Y los expertos señalan que esos minutos sirven al cerebro para tener unos momentos de máxima creatividad. Sin embargo, también puedes considerarlo una pequeña victoria rebelde frente al despertador.

De lunes a viernes solemos vivir en torno a la rutina. Y todas las personas se comportan de forma diferente al despertar. Hay quienes a las 9 de la mañana ya han salido a correr, desayunaron y llevaron a los niños al colegio. Mientras que otros prefieren quedarse acurrucados entre las sábanas media hora más. Y aún cuando procrastinar está mal visto, lo sigues haciendo.

Este hábito de repente se ha puesto de moda e incluso los psicólogos le encuentran beneficios para la salud. El nombre viene de un término escocés del siglo XIX. En el Etymological Dictionary of the Scottish Language, hurkle se define como “acercar el cuerpo, acurrucarse para darse calor”. Eso sí, el significado original ha ido cambiando y en la actualidad la definición sería algo así como “holgazanear en la cama después de despertarse”. Sin embargo, no es para volver a dormir, ni desayunar, es solo para disfrutar ese momento un rato más.

Por su parte, la actriz Kira Kosarin despertó el interés de los usuarios en TikTok. Y ahora incluso se ha elevado a la categoría de tendencia de autocuidado.

Según la Asociación Americana de Psicología, esto puede disminuir la ansiedad matutina y favorece una transición más amable entre el sueño y las tareas del día. Además, artículos en Psychology Today coinciden en que integrar estas pausas breves puede mejorar la claridad mental, fomentar la creatividad y reducir los niveles de cortisol.

Y es que la agresividad de la rutina comienza con el sonido del despertador, irrumpiendo radicalmente el ciclo natural de sueño. En muchos casos despertarse viene con una maratón de duchas, desayunos, snacks, mochilas, cepillado de dientes, etc, que sin darnos cuenta puede aumentar el ritmo cardíaco y la presión arterial. De esta forma, todavía no comenzamos el día, pero ya activamos el estado de ansiedad.

El Hurkle-durkling es una pausa intencionada, una técnica para reestablecer el espacio mental, prestar atención a las señales del cuerpo y comenzar el día con más equilibrio. Y, de cierta forma, anticiparse a las exigencias y responsabilidades del día.

Además, esos minutos más en la cama podrían ser un aliado inesperado para la creatividad. Al permitirle al cerebro descansar, podríamos estar creando más espacio para la creatividad y la eficiencia. Y una revisión realizada por psicólogas de la Universidad de Arizona confirma que una mañana tranquila permite que la mente divague libremente, lo que tiene un efecto positivo en la creatividad.

Ahora bien, se debe diferenciar de otro concepto que divaga por las redes sociales: el bed rotting. El que tiene un significado algo así como “pudrirse en la cama”. Mientras el hurkle describe un hábito matutino en el que las personas permanecen en la cama durante menos de 30 minutos después de despertarse, el bed rotting implica pasar directamente días enteros en la cama usando dispositivos electrónicos.

El primero es una elección consciente de relajo y cuidado, mientras que el segundo se considera incluso un síntoma de depresión.

La línea que separa ambos conceptos es delgada, pero hay factores que marcan la diferencia:

  • Prescindir de la alarma. El día que se tenga planeado practicar el hurkle-durkle es mejor prescindir de ella y dejar que el cuerpo se despierte de manera natural.
  • Ponerse un tiempo límite para practicarlo. Los puristas del hurkle hablan de entre 15 y 30 minutos.
  • Cierto nivel de autoconciencia. No olvidar de que el día continúa y que las tareas se están retrasando, por lo que hay que ponerse al día.
  • Mejor sin compañía. Para aprovechar mejor sus beneficios, desde la reducción de los niveles de estrés hasta una mayor claridad mental, hay que dedicarse tiempo para uno solo y en silencio.
  • Sin pantallas ni desayuno en la cama. La idea es levantarse sin el móvil, por lo menos durante los primeros minutos, así como tampoco el café. Esos primeros momentos del día hay que dedicarlos a estirar el cuerpo y respirar hondo.

 

 

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