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Dos años después del terremoto que levantaron los Duques de Sussex con su anuncio de auto exilio a los Estados Unidos, la Reina Isabel sigue reorganizando las obligaciones protocolares que antes estaban a cargo del príncipe Harry y Meghan Markle y que todavía no han recibido nuevos responsables que las representen. Estos cargos confirman un vínculo entre diferentes organizaciones con la familia real británica, y que conceden una difusión vital para el trabajo de estas instituciones.
Este tipo de cargos dentro de las diferentes organizaciones de la Commonwealth es la última conexión de los Duques de Sussex con sus antiguas funciones como miembros de la familia real, y en las últimas horas se ha anunciado la perdida de la responsabilidad del Príncipe Harry con la Rugby Football League que ha pasado de estar encabezado por el hermano del príncipe William a hacerse cargo la esposa de este, Kate Middleton.
“Estoy muy emocionada de convertirme en la responsable de la Rugby Football League y la Rugby Football Union”, dijo en un comunicado en las redes sociales. “Espero trabajar con ellos en todos los niveles de los juegos y animar a Inglaterra en lo que promete ser un año emocionante para ambos deportes”, añadió.
El príncipe Harry, que aún está a la cabeza de 15 instituciones, tardará más tiempo en quedarse fuera de todo cargo de responsabilidad, pero Meghan Markle, que solo estaba a cargo del Royal National Theatre, dado su cercanía a propósito de su profesión de actriz, perderá en los próximos meses dicha distinción.
Según ha publicado The Times, será Camila Parker quien estaría deseando hacerse con este cargo al ser una gran aficionada al teatro y a la literatura. “Ella realmente lo quería. Estaba bastante molesta cuando fue para Meghan”, contó una fuente al citado medio. El mismo medio asegura que la Reina Isabel hará oficial muy pronto esta sustitución.
Mientras en los Estados Unidos, los Duques de Sussex han desarrollado la fundación Archewell, destinada a “lograr el cambio en el mundo”, algo que se vio detenido y postergado a propósito de la repentina crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19, dos meses después de su renuncia a los privilegios de la corona inglesa. Desde entonces, los Sussex llevan una vida tranquila en su mansión de Montecito, sin destacar mayormente más que sus entrevistas donde han narrado sus experiencias dentro del Palacio de Buckingham.
