Durante la época más importante de su carrera como modelo, la brasileña tuvo ataques de pánico y depresión, por lo que decidió hacer cambio drástico en su estilo de vida, convirtiéndose en un referente healthy.
A sus 43 años, Gisele Bündchen sigue en el ruedo, pero no precisamente sobre las pasarelas internacionales como lo hizo durante casi veinte años. La modelo se ha aliado a una compañía de belleza con la que comparte ciertos valores como su amor por la naturaleza y el estilo slow life. Y ha aprovechado el momento para explicar el gran cambio que hizo en su vida para superar un duro momento en el punto más álgido de su carrera.
Hace unos días reveló que en su vida diaria no usa zapatos con taco, así como tampoco ropa incomoda. “Para mí, la ropa, si no es cómoda, no forma parte de mi armario. No me pondré algo sólo porque esté de moda. Nunca. Y no me encantan los tacones. Me pongo tacones si estoy trabajando, pero para mi vida personal, llevo hawaianas, zapatillas y sandalias planas”, confesó la modelo que se retiró oficialmente en 2015. “¡No me gustan los tacones! Aunque hace que tus piernas se vean mejor si tienes que salir o algo así, haré el sacrificio por las piernas. Pero eso es todo”, sentenció.
Ahora, ha revelado cómo se convirtió en referente a seguir en cuanto a un estilo de vida saludable donde el deporte y la meditación forma parte de su día. “Cuando eres joven crees que nada puede afectarte, pero al final tu cuerpo te lo hace saber. Tuve graves ataques de pánico y depresión”, confesó recientemente.
Gisele contó que entre las fiestas exclusivas y los desfiles, era complicado mantener bajo el consumo del alcohol y el tabaco, grandes enemigos y el plato principal entre las tops models. “Tuve que reemplazar todos esos hábitos que me estaban matando por hábitos que me dieron una nueva vida. En lugar de despertarme con dos cigarrillos y un frappuccino de moca con crema, me despertaba, salía a correr y regresaba y hacía una hora de ejercicios de respiración y yoga”. Y continúa, “Dejar de beber ha sido como renacer. Me ha costado, porque somos animales de costumbres, pero mi vida ha cambiado por completo”.
Por lo mismo, hace un par de años decidió dejar el alcohol, y el yoga se convirtió en un imprescindible de su rutina. “Medito y hago ejercicio todos los días, llevo 20 años así, me levanto a las cinco de la mañana. Estoy muy agradecida de tener este cuerpo, de verdad que lo estoy. Ahora lo he aprendido, porque no era tan bueno cuando tenía 20 años o cuando era adolescente… Me he dado cuenta que mi cuerpo es mi templo, y realmente quiero disfrutarlo”, comenta.
