Ana Fanchulidze y Elene Deisadze se conocieron online, pero cuando se reunieron en persona descubrieron un gran secreto. Las gemelas de 19 años habían sido separadas al nacer.
Ambas tiene el mismo peso, estatura y lucen idénticas. Pero hasta hace poco, ninguna sabía de la existencia de la otra. En 2022 se encontraron por casualidad en redes sociales, se encontraron parecidas y entablaron una amistad.
Sin embargo, no fue hasta agosto del año pasado que se reunieron en persona por primera vez. Y descubrieron un secreto del que no tenía idea alguna. “Estábamos llorando. Estábamos muy conmocionadas. Estábamos muy ansiosas”, comentó Elene sobre ese momento.
En su primer encuentro en vivo, “La primera emoción fue, ah, nos estábamos mirando al espejo”, dice Elene. “Tenemos la misma forma de ojos, la misma nariz, los mismos labios”, agregó Ana en conversación con el medio citado.
“Nos quedamos impactadas y es muy difícil para nosotros darnos cuenta de todo. Tenemos un gran apoyo emocional entre nosotras y de nuestros padres, quienes nos criaron durante 18 años”, sostiene Ana.
A medida que se fueron conociendo, se dieron cuenta de que no era una historia aislada. Sino uno más de los decenas de miles de niños de Georgia que fueron separados de sus padres al nacer y vendidos en un mercado negro.
Finalmente una prueba de ADN bastó para confirmar lo que suponían. Pero,¿cómo llegaron a esto?
Ana y Elene fueron criadas en familias diferentes, más específicamente, en ciudades a dos horas de distancia. “Es algo que no podemos explicar. Tenemos la sensación de que nos conocemos de toda la vida”, dijo Elene a ABC. Como era de esperar, tras encontrarse, enfrentaron a sus padres. Y fue ahí cuando les confirmaron que habían sido adoptadas.
Las fechas de nacimiento de Ana y Elene están registradas con dos meses de diferencia en 2005, lo que significa que Elene tiene 19 años. Sin embargo, alterar las fechas de nacimiento era una práctica común, precisamente para encubrir ventas ilegales.
Pero esta historia afecta también a sus familias adoptivas. La madre de Ana, Patmani Parkosadze, confirmó que pagó 3.500 dólares para adoptarla en 2005. “No tenía ni idea. En aquel momento, había que esperar años para adoptar a alguien. Mi marido y yo estuvimos esperando seis años antes de tener a Ana”, dijo Parkosadze a ABC. “Realmente no teníamos idea del sistema corrupto… y yo ni siquiera imaginaría tal cosa”, agregó.
Desde la otra vereda, Lia Korkotadze, madre adoptiva de Elene, cuenta algo similar. Y explicó que ella y su esposo decidieron adoptar cuando descubrieron que no podían tener hijos. Acudir a un orfanato “parecía imposible debido a las largas listas de espera”.
En 2005, alguien le habló de un bebé de seis meses que podía ser adoptado, pero con pago de por medio. Y poco después, Elene llegó a su hogar. Eso sí, de acuerdo a su versión, sin sospechar que se trataba de algo ilegal.
Por su parte, Anna admite que le costó “aceptar esta nueva realidad”, aunque asegura sentirse “inmensamente agradecida” a sus padres adoptivos y feliz de haber encontrado a su hermana.
Hasta ahora, poco se sabe sobre este oscuro capítulo del pasado soviético de Georgia. Sin embargo, poco a poco se han ido conociendo historias similares, de personas con dos certificados de nacimiento, por ejemplo.
Alrededor de 120.000 bebés en Georgia, exmiembro de la Unión Soviética, fueron separados de sus padres entre 1950 y 2006 con falsos certificados de defunción y parte de un tráfico ilegal de niños para adopciones. Es más, se estima que al menos 120.000 bebés fueron “robados a sus padres y vendidos” en esa época, de acuerdo a la periodista georgiana Tamuna Museridze.
“Le decían a las madres que sus bebés habían muerto tras nacer y que estaban enterrados en el cementerio del hospital”, explica Museridze. Y a los padres adoptivos, efectivamente no al tanto del trato ilegal que estaban haciendo, se les contaba una historia inventada.
Por su parte, el trabajo de Tamuna Museridze ha sido esencial. Y más de 800 familias se han reunido gracias a un grupo de Facebook que ella creó. y es que, a pesar de las investigaciones de los diferentes gobiernos de turno, hay poca información y son muchas las incógnitas. “El gobierno no ha hecho nada concreto por ayudarnos”, dijo la periodista a ABC.