Gal Gadot reveló que este año ha sido de profundos desafíos y reflexiones. En una publicación de Instagram, la actriz reveló que febrero, cuando tenía 8 meses de embarazo, le diagnosticaron un coágulo sanguíneo masivo en el cerebro.
“Durante semanas había soportado dolores de cabezas insoportables que me condenaron en cama hasta que finalmente me sometí a una resonancia magnética que reveló la aterradora realidad”, confesó la protagonista de la película “Mujer Maravilla”.
Ella y su familia se dieron cuenta de lo frágil que es la vida, pero tomaron acción y llegaron al clínica Cedars Sinai y en cuestión de horas la operaron de urgencia. “Mi hija, Ori, nació en ese momento de incertidumbre y miedo. Su nombre, que significa mi luz, no fue elegido por casualidad”, escribió Gal Gadot.
“Antes de la cirugía, le dijo a Jason (Varsano, su marido) que, cuando nuestra hija naciera, sería la luz que me esperaba al final de este túnel. Gracias un equipo extraordinario de médicos y a semanas de atención dedicada”, agregó.
La buena noticia es que por estos días la actriz está completamente curada y recuperada. En el posteo advierte que es fundamental escuchar nuestro cuerpo y confiar en lo que nos dice porque el dolo, el malestar o cambios sutiles suelen tener un significado. “Estar en sintonía con nuestro cuerpo puede salvarnos la vida”, reconoció.
Además informó que 3 de cada 100 mil mujeres embarazadas de más de 30 años se les diagnostica TVC (desarrollo de un coágulo de sangre en el cerebro).
A pesar de que en el posteo admite que dudó contarle lo sucedido a sus seguidores, aseguró que lo que le ocurrió es tratable. “Si bien es poco común, des una posibilidad y saber que existe es el primer paso para abordarlo. Compartir esto no tiene objetivo asustar, sino empedrar”.