Una nueva biografía de Elon Musk salió a la venta este martes. Y desde ya, ha ofrecido mucho de qué hablar sobre el hombre del momento. Incluso, su complicada relación con Amber Heard.
El libro, escrito por Walter Isaacson y compuesto por 500 páginas, ofrece una mirada “sin precedentes a las pruebas y triunfos diarios de ser Elon Musk”. Así como también una ventana a su relación con la actriz.
“Fue brutal”, dijo a Isaacson sobre su relación, que fue corta pero “impactante”. Según el libro, se conocieron porque, en 2012, ella se preparaba para su papel en Machete Kills.
El personaje al que aspiraba Heard, intentaba crear un sociedad en una estación espacial. Por ese motivo, Musk fue contratado como consultor. Sin embargo, no conectaron hasta un año después. Ella visitó SpaceX, y él la llevó en un Tesla.
Según reveló el autor, volvieron a conectar cuando su matrimonio con Depp se estaba yendo a pique. Y se reencontraron en la Met Gala de 2016, mientras hacían la fila para desfilar por la alfombra roja. Al mes, Heard solicitó el famoso divorcio.
Sus primeras citas aparentemente giraban en torno al trabajo de él. Musk llevó a Heard y a su hermana a ver el lanzamiento del Falcon 9 en Cabo Cañaveral, y ella voló desde Italia a la fábrica de Tesla en Fremont para celebrar su cumpleaños en junio.
En abril de 2017, se reunió con ella en Australia, donde estaba grabando Aquaman. Según Isaacson, a pesar de que los medios ya hablaban de ellos, se las arreglaron para disfrutar de citas más casuales.
Sin embargo, y aunque todo suena muy romántico, lo cierto es que todas las partes implicadas, incluidos Heard y Musk, admiten que la relación no siempre fue fluida como parecía.
Incluso, el hermano de Musk, Kimbal Musk, llamó a Heard “tóxica” y “una pesadilla”. Dijo que ella le recordaba a su padre, Errol, una de las peores cosas que un hermano de Musk podría decir de una persona.
Cuando terminaron en 2017, Musk entró en un período que Isaacson llamó “el más infernal de su vida”. Ya que además de la ruptura, Musk también se enteró de que su padre había engendrado un hijo con su hijastra, a quien había criado desde la infancia.
Según el autor, lo que sintió en esa época, Musk lo llama el “dolor más concentrado” que había sentido nunca, y “dieciocho meses de locura implacable” que fueron “alucinantemente dolorosos”.