El tono solidario con que se inició el Festival de Viña, a tres semanas de una tragedia como los incendios que arrasaron casas y vidas en la ciudad, fue un acierto de la organización de la 63ª versión de un evento concesionado a Canal 13 y TVN. El que entrega miles de millones en renta y promoción al erario de la municipalidad que debe liderar la reconstrucción.
Una obertura sobria y el español Alejandro Sanz como primer artista internacional, aportaron a la primera parte de la velada una playlist de temas épicos e inspiradores que rápidamente marcaron la emotividad. Eso sí, con el show inicio más corto desde 2011.
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La nueva dupla de animadores que integran María Luisa Godoy y Pancho Saavedra también hicieron un aporte a la solemnidad al tratar de vestir con sobriedad. Ella, elegante y segura sobre este escenario que pisa por tercera vez. Llevaba un enterito blanco de tules bordados con pedrería del argentino Gabriel Lague. Él eligió un look de negro total, con smoking de abultada humita y solapa brillante donde destacaba un gran broche que desentonaba con el clima de austeridad. Sin embargo, el destello hacía juego con el brillo de su cara sudorosa que, en los primeros planos televisivos, acusaba el nerviosismo del debut.
El público de la Quinta Vergara se conectó con el evento. No sólo coreó las canciones de Sanz y el colombiano Manuel Turizo, sino que también celebró la rutina de la comediante Alison Mandel sobre episodios de su vida matrimonial.
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Es más, el recordado “Monstruo” que alguna vez se encarnó en esas 15 mil butacas tuvo un incipiente regreso con la clara manifestación de descontento que surgió tras una baja nota del jurado al representante de España en la Competencia Internacional.
Para los millones que se conectan con el evento a través de la transmisión televisiva, el inicio de esta última versión a cargo de la sociedad que integran TVN y Canal 13 estuvo marcada por las deficiencias en el sonido durante buena parte del show de Alejandro Sanz. Es sabido que la voz del español no es caudalosa, por algo su propuesta considera varias coristas y una segunda voz. Aún así, el desgarro andaluz del artista apenas parecía un carraspeo durante los primeros 15 minutos de su presentación.
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A poco andar, la puesta en pantalla comenzó a hacerse molesta por el constante cambio de planos que intentaba dar agilidad a la emisión y, luego, a volverse molesta por la insistencia en “pinchar” a los mismos rostros con las cámaras en la platea del lugar. Excesivo, en ese sentido, fue mostrar al marido de Alison Mandel, el también comediante Pedro Ruminot, cada vez que la standupera lo mencionaba en su rutina.
El primer plano cerrado de las cámaras al público donde se mostró una celebridad fue dirigido hacia la actriz Loreto Aravena, pareja del director ejecutivo de Canal 13, Maximiliano Luksic. Fue justo en el momento en que Sanz saludaba a las pobladoras que había conocido en la olla común de la siniestrada población El Olivar.
Igualmente, la alcaldesa de Viña del Mar Macarena Ripamonti decidió aprovechar sus segundos en primer plano para mostrar una pancarta que pedía una Ley de Incendios. Así, más allá de la obvia urgencia de los eventos recientes, transformó la fiesta del verano en una instancia de lobby legislativo muy peculiar.