Si hay una imagen emblemática en la historia de la fotografía es El beso del Hotel de Ville (1950), capturada por Robert Doisneau (1912 – 1994) frente al Ayuntamiento de París. Un clásico y un símbolo también de la posguerra que por estos días se encuentra en Corporación Cultural Las Condes como parte de la muestra llamada La belleza de lo cotidiano. La entrada es liberada y es de martes a domingo, de 10:30 a 19:00 horas.
La exhibición incluye alrededor de 100 fotografías en blanco y negro, así como dos fotomontajes de gran formato. Además, hay imágenes que pocas veces se han visto, como Mademoiselle Anita, El ingeniero en un gasómetro, La familia del lavandero o Los panes de Picasso.
Tal como se ha expresado por parte de la Corporación Cultural Las Condes el conjunto de fotografías, realizadas entre 1929 y 1973, “ha sido preparado especialmente por su hija Francine Deroudille, con los fondos de la colección Atelier Robert Doisneau, y contempla dos series, La belleza de lo cotidiano y Palm Springs, que demuestran su versatilidad y ayudan a conocer mejor la obra de una de las figuras cumbre de la fotografía francesa.
“Fotografiaba”, ha dicho su hija Francine, “el mundo tal y como hubiera deseado que fuera. Era un narrador. Su proceder artístico, de vocación más instintiva que intelectual, daba voluntariamente la espalda a toda sofisticación formal y dejaba intervenir al azar como actor de pleno derecho”.
En cuanto a Robert Doisneau, cabe destacar que desde 1934 hasta 1939 fue fotógrafo profesional para Renault, y cuando estalló la Segunda Guerra Mundial se tuvo que alistar en el ejército francés. Tras su fin, volvió a trabajar como fotógrafo y así fue que realizó en 1950 El beso del Hotel de Ville, (Le baiser de l’hôtel de ville), una imagen controvertida de la que nunca se ha sabido si fue una toma espontánea y o una de las mejores producciones de la fotografía.