El estrés puede causar más que simplemente tensión, puede alterar nuestra capacidad para comunicarnos efectivamente. ¿Alguna vez estuviste en una discusión donde parecía que tú y la otra persona hablaban diferentes idiomas?
Bueno, resulta que eso podría no estar tan lejos de la realidad. Las dificultades en la comunicación pueden deberse a diferentes “idiomas del estrés”, que básicamente son formas diferentes de reaccionar ante situaciones desafiantes.
Según Chantal Donnelly, fisioterapeuta e investigadora del estrés, cuando estamos estresados, “nuestra sangre va hacia nuestro cuerpo y abandona el área de nuestro lóbulo frontal. Entonces nuestro lóbulo frontal se desconecta“.
Donnelly explicó a HuffPost que este lóbulo es responsable de funciones como el autocontrol y las emociones. Y su desconexión puede llevar a dificultades de comunicación durante situaciones estresantes.
“Por lo tanto, cuando estás en una discusión, en realidad no estás hablando el mismo idioma, estás teniendo problemas para comunicarte y entenderte mutuamente correctamente“, explicó.
Donnelly introdujo el concepto de “idiomas del estrés” mientras trabajaba con sus clientes. Descubrió que entender cómo respondemos al estrés era clave para mejorar el tratamiento.
El implosionador: Esta es una respuesta de “congelación” a una situación estresante. El implosionador puede sentirse desesperanzado, indefenso y paralizado, explicó Donnelly.
El detonador: Esta es una respuesta de “lucha o huida” a una situación estresante. Esta persona puede tener una reacción exagerada, podrían ponerse irascibles, frustrados o enojados, o incluso abandonar una situación que no pueden manejar.
El solucionador: Esta reacción de “atender y ser amigo” es típicamente cómo las mujeres expresan una respuesta al estrés. Esto puede parecer complacencia, traspasar límites e incluso “maternizar” a personas que no son tus hijo.
El Adormecido: Esta persona generalmente utiliza el escapismo, como drogas, alcohol, juegos en línea, trabajar en exceso o hacer ejercicio en exceso, como mecanismo de afrontamiento al estrés.
El Negador: Esta es una persona que posee positividad tóxica en respuesta al estrés, y puede ser excesivamente optimista para evitar la realidad y el drama en proceso, según explicó Donnelly.
“Los primeros tres, se basan biológicamente en dónde van las personas cuando se estresan. Y luego, los dos últimos, se basan en estrategias que las personas intentan usar regularmente para superar o manejar el estrés”, según la experta.
Identificar tu propio idioma del estrés puede mejorar significativamente tu comunicación y tus relaciones. Además, entender cómo responde al estrés tu entorno, puede ayudarte a anticipar sus reacciones en situaciones difíciles.
Reconocer tu idioma del estrés no se trata de etiquetar a las personas, sino de “proporcionar un marco para comprendernos mejor”. Puede ser un primer paso para cambiar comportamientos problemáticos y mejorar la comunicación.
Por ejemplo, si tu idioma del estrés es el de un “detonador” y tienes estallidos durante momentos estresantes, identificar tu patrón de agresión hace posible detenerte la próxima vez.
Mientras que, si eres un “solucionador” y tiendes a traspasar tus límites en situaciones estresantes o complacer a otros en medio de una discusión, puedes reconocerlo y detenerte antes de hacerlo de nuevo.
El estrés crónico puede tener graves repercusiones en la salud mental y física. Por lo tanto, es crucial aprender a manejar el estrés, ya sea mediante la comprensión de tu idioma del estrés o adoptando cambios en el estilo de vida.