Un nuevo documental del príncipe Andrés ha visto la luz y ya está dando de qué hablar. Desde su notoria amistad con Ghislaine Maxwell y Jeffrey Epstein, hasta sus desconocidas andanzas, y su caída en desgracia dentro de la familia real.

Desde los varios testimonios dentro de Prince Andrew: BANISHED, se encuentra el de Paul Page, quien trabajó como oficial de protección real de 1998 a 2004. Un puesto que le permitió ser testigo de múltiples conductas de parte del royal, que ahora lo ponen en evidencia. 

«Solíamos bromear diciendo que debería tener una puerta giratoria en su dormitorio», señala Page. «La cantidad de mujeres que entraban y salían de allí, era literalmente cada dos días alguien entraba a verlo… una diferente cada vez».

Page aseguró que tanto él como otros oficiales de servicio estaban sorprendidos por el número de mujeres que visitaban las habitaciones privadas del príncipe divorciado. Y destacó una oportunidad en que una mujer llegó sin previo aviso y tuvieron que solicitar permiso de Andrés.

La mujer se ofreció a llamar a Andrew. «Pudimos oír la conversación», recuerda Page. «De todos modos, dijo: ‘Ponga a uno de los oficiales’. Uno de mis compañeros tomó el teléfono. Gritó: ‘Escúchame, gordo de mierda. Si no dejas entrar a mi invitada, voy a bajar ahí’». 

«Uno pensaría que un miembro de la familia real tendría algún tipo de decoro y respeto por el personal que está allí y al que se le paga para protegerlo y cuidarlo. (Con Andrew,) no hay ninguno, ninguno en absoluto», añade Page. «Es una persona horrible. Es un matón».