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El drama de J.K Rowling y sus afirmaciones transfobicos siguen muy presentes. Y ahora, la estrella de Harry Potter, Evanna Lynch dice que la autora de la saga merece «más gracia».
La actriz, que interpretó a Luna Lovegood en las cintas, dijo que era «irresponsable discutir en Internet un tema tan delicado como los derechos de los transexuales».
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Lynch, de 31 años, ya se había referido al tema en 2020. Sin embargo, ahora señaló a The Telegraph que: «Fui muy ingenua cuando me vi arrastrada a esa conversación».
«Ni siquiera sabía que había dos bandos. Tenía una visión como de buenos y malos. Siento compasión por ambas partes de la discusión», dijo. Y también aseguro que «no puede olvidar lo generosa y cariñosa que es» Rowling.
La actriz dijo que siente «gran compasión por las personas trans» y que no quiere «añadir más dolor a su situación». Pero también destacó que es importante que la autora haya «amplificado las voces de las personas que se han des-transicionado».
«Simplemente sentí que su carácter siempre ha sido abogar por los miembros más vulnerables de la sociedad», continuó la actriz. «El problema es que hay un desacuerdo sobre quién es el más vulnerable. Ojalá la gente le diera más gracia y la escuchara».
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La autora británica fue objeto de críticas en 2020 después tuiteara su opinión sobre un artículo de opinión titulado «Creando un mundo más igualitario post-COVID-19 para las personas que menstrúan» .
«’Personas que menstrúan’. Estoy segura de que antes había una palabra para esas personas. Que alguien me ayude. ¿Wumben? ¿Wimpund? ¿Woomud?», escribió en el tuit, refiriéndose a Woman, mujer en español.
‘People who menstruate.’ I’m sure there used to be a word for those people. Someone help me out. Wumben? Wimpund? Woomud?
Opinion: Creating a more equal post-COVID-19 world for people who menstruate https://t.co/cVpZxG7gaA
— J.K. Rowling (@jk_rowling) June 6, 2020
Más tarde, Rowling defendió sus comentarios y escribió un largo ensayo explicando sus controvertidas opiniones sobre el género. Desde ahí, la autora cayó en la cultura de la cancelación, donde se mantiene hasta el momento.
