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Si bien solemos hablar de “estrés”, en la teoría, hay uno bueno y uno malo. ¿La clave? Diferenciar ambos, porque puede resultar complejo.
En la mayoría de los casos, y hablando muy generalizadamente, solemos asociar la palabra estrés con algo negativo. Una creencia extendida, pero no siempre acertada.
¿Existe el estrés bueno?
Cuando se ha sufrido de un cuadro de estrés como tal, los expertos hablan de eutrés y distrés. Aunque la verdad es que muy pocas personas hablan en esos términos. El primero, es conocido como estrés “bueno”, y es el que nos ayuda a encontrar la motivación, mejorar nuestra productividad y alcanzar nuestras metas. En cambio, el distrés, o estrés “malo”, es aquel que llega acompañado por síntomas psicofísicos como insomnio o dolor de cabeza y es percibido como una situación de amenaza, miedo y tensión.
¿Cómo reconocerlos?
Aunque en la teoría parece sencillo, no siempre resulta fácil determinarlos. El eustrés es agotador y exigente con la persona y el entorno. Es más positivo porque la persona es capaz de lograr sus tareas y puede anticipar las opciones para conseguirlo. Mientras que el distrés, nos cuestiona la posibilidad de terminar con ello, nuestras capacidades y aparece el “no lo hago y así me evito problemas”.
Además, mientras el eustrés genera atención y emoción, aumenta la productividad y tiene una duración más corta, el distrés genera preocupación e incluso ansiedad, implica problemas a nivel psicológicos, disminuye las habilidades para enfrentar la situación, y puede prolongarse en el tiempo.
¿Podemos pasar del eustrés al distrés?
Sí, y el punto desde el que afrontemos la situación es determinante. Si de entrada lo que se nos propone, no lo vemos, es distrés. Pero en algún momento, el ir tras ello puede llevarnos a cumplir con ello y volver al eutrés. Por otro lado, cuando afrontamos inicialmente algo con demasiado entusiasmo, puede que nos asalte una duda que nos lleve del eutrés al distrés.
Para cualquier tipo de estrés, debemos afrontar el momento con la mente y alternativas reales de éxito. Observar esas alternativas nos ayuda a la hora de afrontar cualquier momento de la vida. Ver más de una opción, ver más de una solución posible. Mantener la anticipación de posibles acciones futuras, visualizadas y analizadas ayuda a controlar.
¿Cómo prevenir el estrés y aprovechar el eutrés?
Si bien cada persona y situación son diferentes, hay ciertas pautas en común que pueden ayudar:
