En el mundo podemos dividir a las personas en dos grupos, aquellos que se acuestan temprano y los que se van muy tarde a la cama. Y, entre aquellos que van por la vida en modo nocturno, hay distintas razones. Aquellos que se han adaptado a dicho horario, los que deben hacerlo por trabajo o a los que simplemente no les apetece irse a dormir temprano.
Pero más allá de la hora, el problema es que la hora a la que te acuestas, influye directamente en la hora a la que despiertas. Y esto afecta al ritmo circadiano del cuerpo, el que determina los momentos en que se activa el organismo. Por lo tanto, no funcionará de igual forma en personas con diferentes horarios para “apagar sus transmisiones”. Esto, a su vez, puede tener consecuencias en la salud, sobre todo, en aquellas personas que se acuestan tarde.
Para un reciente estudio, se reclutaron a 22.976 adultos finlandeses, quienes fueron seguidos durante 37 años para responder si el cronotipo, la predisposición natural en la que experimentan los niveles de energía más altos o bajos, influye en la tasa de mortalidad.
Pasaron los años y 8.728 personas fallecieron, siendo la mayoría del grupo que se mantenía despierto hasta altas horas de la noche. Sin embargo, los expertos descubrieron que la alta cantidad de muertes no estaba asociada a la hora en que se iban a dormir, sino en otros hábitos de su estilo de vida, como consumo de tabaco o alcohol.
“El mayor riesgo de mortalidad asociado a ser una persona claramente ‘vespertina’ parece explicarse principalmente por un mayor consumo de tabaco y alcohol. Esto en comparación con quienes son claramente personas ‘matutinas'”, dice Christer Hublin, uno de los investigadores del Instituto Finlandés de Salud Ocupacional.
Por lo mismo, aún cuando la mayoría de las personas con hábitos vespertinos suelen consumir más alcohol y tabaco, no es regla general para todos. Por lo mismo, el alza de mortalidad no se reflejó en la totalidad del grupo estudiado. Es más, a diferencia de otras investigaciones, el equipo de este caso no encontró evidencia de que haya un mayor riesgo de sufrir otras complicaciones por dormirse tarde, si ni quiera aquellas de tipo cardiovasculares.
Si tienes dudas sobre qué tipo de personas eres cuando se trata de dormir y descanso, puedes realizar este test del Center for Environmental Therapeutics.