Justine Lupe, la talentosa actriz de 35 años, compartió una inesperada revelación: estaba embarazada de cinco meses mientras filmaba la exitosa serie de Netflix, Nadie quiere esto.
En su papel como la hermana de Joanne, interpretada por Kristen Bell, Lupe intentó mantener en secreto su estado hasta que, inesperadamente, su falda Gucci se rasgó en pleno set.
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“‘Nadie quiere esto’ ya está disponible en @netflix hoy. Este programa me acompañó durante mis primeros cinco meses de embarazo con tanta calidez“, escribió Lupe en redes sociales, expresando su gratitud por la experiencia.
La actriz también compartió la anécdota de cómo su equipo descubrió que estaba esperando: “Y un elenco y un equipo que me apoyaron desde el momento en que mi falda Gucci se rasgó por delante y por detrás en el set a las 2 a.m. Cuando no tenían idea de que estaba embarazada y pensaron que simplemente me estaba desmoronando rápidamente”.
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Lupe no escatimó en elogios para sus colegas. Y agradeció a “una showrunner completamente embarazada en @erinfoster, una incansable defensora de la maternidad en @kristenanniebell. Y a un director de fotografía en @adrianpengcorreia que sabe cómo trabajar la cámara para hacer que yo luzca, bueno, no embarazada“.
La comedia romántica, que ya ha comenzado a generar controversia, sigue un romance inesperado entre Joanne, una agnóstica adicta a las citas, y Noah (Adam Brody), un rabino progresista que acaba de salir de una larga relación.
A medida que la pareja navega por su intensa química, valores diferentes, y el rechazo de gran parte de la familia de Noah, Joanne se enfrenta a la decisión de convertirse al judaísmo para continuar su historia de amor.
Desde su estreno, la serie ha recibido tanto elogios como críticas. Algunos han señalado que el programa “villaniza” a las mujeres judías. La creadora Erin Foster se inspiró en su propio matrimonio con Simon Tikhman. Y se convirtió al judaísmo antes de casarse.
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En un artículo titulado Nadie quiere esto: la representación malintencionada de las mujeres judías, Esther Zuckerman de TIME escribió que la serie parece “despreciar a las mujeres judías, quienes son retratadas como quejumbrosas, arpías y las villanas definitivas de esta historia“.
“Quería dejarme llevar por una comedia romántica. En cambio, me enfrenté a la realidad de que tal vez este programa en realidad me odia”. Además, hizo hincapié en que la mujer no judía, conocida como “shiksa”, ha sido “idolatrada por los hombres judíos en la cultura popular”.
Por su parte, en una reseña para Glamour, Jessica Randolf también se mostró crítica: “No puedo imaginar a ningún hombre que vea este programa y luego diga: ‘¡Realmente quiero salir con una chica judía!‘”.
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Señaló que el programa retrata a las mujeres judías como “controladoras, obsesionadas con el matrimonio”. Y agregó que “queremos planear cenas y alienar a cualquiera que no comparta esos mismos sueños”.
En respuesta a las críticas, Foster le dijo al LA Times: “Creo que necesitamos historias judías positivas en este momento”. Y continuó: “Creo que es interesante cuando las personas se enfocan en: ‘Oh, este es un estereotipo de las personas judías’, cuando tienes a un rabino como protagonista. Un rabino joven, atractivo y genial que fuma marihuana. Esa es la antítesis de cómo la gente ve a un rabino judío, ¿verdad?”.