De cara a los Juegos Olímpicos de Tokio ya sonaba el nombre de una de las favoritas de la gimnasia a nivel mundial. Simone Biles, de 24 años, llegó junto el equipo representante de su país, pero tras sus primeras presentaciones sorprendió con la decisión de retirarse de la ronda por equipos.
Aspiraba a seis oros, y su retirada ha permitido a Rusia ganar la final de gimnasia artística por equipos. Con ello, además, el combinado ruso puso fin a la hegemonía de EE.UU., que se ha quedado con la medalla de plata mientras el Reino Unido se llevó la presea de bronce.
La expectación en estos Juegos Olímpicos se había centrado precisamente en la estadounidense. Esto, porque la mayor estrella de la gimnasia artística de la última década buscaba un récord histórico y olímpico. Sin embargo, la presión dio un giro en la performance de Biles, y luego de algunos “malos pasos” en el salto del potro y también en suelo, se hacía evidente que la gimnasta no estaba cómoda.
Luego de terminar su salto, en el que cayó mal cayó mal, se retiró de la pista directo al botiquín para volver con la pierna vendada. En primera instancia la retirada se relacionó con aquel aterrizaje forzoso, sin embargo, la presión fue mucho más que física.
Según anunció la NBC, su salida no fue por una lesión, sino más bien por una cuestión mental. Luego, la Federación de Atletismo de EE.UU. confirmó que Biles se retiraba por “problemas médicos”, pero sin especificar.
Tras la final, Biles habló con algunos periodistas y pese a que no dio el motivo de su baja, sí habló sobre la presión de estar en Tokio: “Obviamente son los Juegos, algo enorme, pero al final del día lo que queremos es salir de aquí por nuestro propio pie, no en camilla”, comentó. Además, se refirió al tema de la confianza diferenciando la del día a día con la de la competencia. “Siento que no disfruto tanto, estoy más nerviosa cuando compito. Mi objetivo en los Juegos es centrarme en mi bienestar. Se que hay más en la vida que solo la gimnasia“.
Y agregó, “Desde que entro a escena, estoy yo sola con mi cabeza, tratando con demonios en mi cabeza. Debo hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental y no comprometer mi salud y mi bienestar”. Añadiendo que también lo hizo por el equipo, “sentí que sería mejor quedarme atrás … No quería arriesgar al equipo con una medalla porque trabajaron demasiado duro”.
Además, tras sus fallos en la clasificación, escribió en Instagram: “A veces pienso que tengo que tengo el peso el mundo sobre mis espaldas. Sé que me lo quito de encima y hago que parezca que la presión no me afecta, pero es condenadamente difícil. Los Juegos Olímpicos no son una broma”.
Ahora bien, aún con su retirada de la ronda en equipos, Biles está clasificada para las finales individuales.
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