La tradicional celebración navideña de la familia real británica en Sandringham tendrá este año un tono diferente. Ante la ausencia de algunos miembros clave, se suman ajustes en las costumbres que el rey Carlos III ha ido introduciendo desde su ascenso al trono, configurando una Navidad más acotada, pero también más personal.
Entre los grandes ausentes estarán el príncipe Harry y Meghan Markle, quienes pasarán las fiestas en Montecito. Así como Andrés Mountbatten-Windsor, a quien se le ha prohibido participar en la reunión familiar y en cualquier actividad relacionada con la realeza tras haber sido despojado de su título de príncipe. Su exclusión marca un punto sensible para el monarca, considerando que la situación de su hermano ha sido una de las mayores tensiones internas del año.
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Sin embargo, la ausencia de Andrés también abrió espacio para otros invitados. Según fuentes citadas por Vanity Fair, el Rey habría extendido invitaciones a miembros de la familia de la reina Camilla y a sus sobrinas, las princesas Beatriz y Eugenia.
Sobre la organización general, Ingrid Seward, editora de la revista Majesty, explicó: “Las invitaciones se enviaron hace meses. Y sabemos que al rey le encanta celebrar una Navidad muy familiar“. La experta agrega que el monarca ha instaurado una nueva tradición: “El año pasado se invitó a los hijos y nietos de la reina. Y ésa es una nueva tradición que ha iniciado el rey”. Respecto a las princesas York, Seward detalla: “Beatrice estuvo allí el año pasado. Después de la misa se fue a comer con Sarah [Ferguson] y su padre en su residencia de Royal Lodge. Creo que el rey ha querido mostrar su apoyo a sus sobrinas durante un año difícil para la familia York”.
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Aunque no se ha confirmado dónde pasarán las fiestas Andrés y Sarah Ferguson, se especula que podrían compartirlas en Royal Lodge, posiblemente sus últimas Navidades allí antes de que el hermano menor del rey deba abandonar la residencia en Windsor.
En Sandringham se espera la presencia del príncipe William y Kate Middleton junto a sus hijos: George, Charlotte y Louis. Además el príncipe Eduardo y Sofía, duques de Edimburgo, con sus hijos, y la princesa Ana con su familia los acompañarán un año más.
El clásico paseo del día de Navidad hacia la iglesia, una de las postales más esperadas por los habitantes de la zona, se mantendrá, aunque con un código de vestimenta más relajado. Según una fuente real, Carlos ha suavizado una de las rutinas más exigentes de Sandringham: “Solía ser una pesadilla ir a Sandringham porque había muchos cambios de ropa, a veces hasta seis al día. Pero el Rey lo ha suavizado. No habrá tantos, pero eso sí todo el mundo vestirá de etiqueta en la cena de Navidad”.
La cena principal se celebrará en Nochebuena, siguiendo la tradición, con pavo y todos los acompañamientos. Los regalos se disponen sobre mesas laterales, mientras que los de los niños se ponen bajo el árbol. “Los regalos de los niños van debajo del árbol y siempre hay regalos de broma. Como la vez en la que la princesa Ana le regaló a Carlos un felpudo. Los regalos son siempre muy prácticos. Probablemente es un poco más lujoso en estos días. Carlos es muy extravagante, como su difunta abuela, la reina madre, mientras que Isabel II era bastante frugal”, comenta la fuente. También se mantienen los obsequios para el personal de la casa real: “Solía regalar una vajilla, platos a juego, platos auxiliares y demás, pero en lotes. Así que te hacías con la colección completa si permanecías el tiempo suficiente en el servicio“.
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El rey continúa además con la tradición heredada de Isabel II de regalar pudín de Navidad al personal. Y mantiene la cacería familiar del Boxing Day. Tras esa jornada, Carlos y Camilla viajarán a Escocia para recibir el Año Nuevo, una costumbre que ya se ha repetido en los últimos años.
