Finalmente, el rey Carlos III y Kate Middleton se recuperan de sus respectivas intervenciones quirúrgicas. A partir de comunicados oficiales dados a conocer por voceros de Buckingham supimos que el monarca se encuentra bien luego de haber sido sometido a una operación en su próstata, mientras que la princesa de Gales, salió de una cirugía abdominal que resultó exitosa.
Sin embargo, continúa el hermetismo en torno a esta última intervención, de la que no se han conocido muchos detalles y que la mantuvo internada en la London Clinic durante toda la semana anterior. Según la revista People, la esposa de William ha querido ser tan discreta que ni siquiera su familia cercana ni tampoco sus amigos sabían que iba a someterse a esta delicada cirugía.
Según lo informado por People, en el círculo más cercano a Middleton no había indicios de que algo resultara mal. La discreción fue total, hasta el punto que sus colaboradores directos no sabían que tenía un problema médico de esta envergadura, del que tampoco se han dado detalles.
People especula respecto a dos motivos que llevaron a Kate a esconder hasta el último momento que se iba a someter a esta intervención: mantener la mayor normalidad posible por sus hijos y evitar cualquier tipo de filtración a la prensa. Durante el último comunicado por el Palacio de Kensington, se volvió a insistir en la idea de la privacidad por parte de la madre de George, Charlotte y Louis.
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Luego de haber salido de alta y trasladada de la London Clinic no está en los planes el de proporcionar datos adicionales sobre la evolución del estado de salud de Middleton, al menos no de manera oficial, a no ser que aparezca información significativa.