Un caso que mantiene la atención pública vuelve a avanzar en la justicia estadounidense. A más de dos años de la muerte de Matthew Perry, nuevas sentencias y acuerdos judiciales marcan con mayor claridad cómo operaba la red que facilitó el acceso del actor a ketamina en sus últimas semanas de vida.
Las autoridades confirmaron que Salvador Plasencia, el médico que proporcionó ketamina a Perry, fue sentenciado a 30 meses de prisión. Esto ocurrió, luego de que se declarara culpable de cuatro cargos por distribución de esta sustancia. Su condena se suma a las de otros involucrados, todos acusados de aprovecharse de la vulnerabilidad del actor. Perry, atravesaba un periodo delicado marcado por su histórica lucha contra la adicción.
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El Departamento de Justicia detalló que Perry murió por los efectos agudos de ketamina en una sobredosis accidental. Y así lo reveló un informe de autopsia. Ese mismo día, según un acuerdo de culpabilidad firmado por su asistente, Kenneth Iwamasa, el actor “fue inyectado con ketamina tres veces”. El documento agrega que Perry, poco antes de morir, se había vuelto adicto al fármaco y podía usarlo “entre seis y ocho veces al día”.
El Departamento de Justicia también señaló factores adicionales que contribuyeron al fallecimiento. Entre ellos ahogamiento, enfermedad de las arterias coronarias y efectos de buprenorfina. Paralelamente, la investigación estableció que Plasencia consultó a otro médico, Mark Chavez, sobre cuánto cobrarle al actor, escribiendo: “Me pregunto cuánto pagará este idiota”.
Otro nombre clave en la investigación es el de Jasveen Sangha, de North Hollywood, señalada por los fiscales como la “Reina de la Ketamina”. Una acusación sustitutiva sostuvo que la distribución que Sangha realizó el 24 de octubre de 2023 “causó la muerte de Perry”. Ella se declaró culpable de cinco cargos, incluido uno por mantener un inmueble para actividades relacionadas con drogas y otro por distribución que resultó en muerte o lesiones graves. La acusación afirma que Sangha vendía drogas a “personas de alto nivel y celebridades”.
Junto con ella, también fueron imputados Iwamasa, Erik Fleming y el doctor Chavez, quienes aceptaron colaborar con los fiscales federales en la construcción del caso contra los dos acusados principales. Todos los involucrados en la causa se han declarado culpables, marcando un avance decisivo en un proceso que ha sido seguido de cerca por la opinión pública debido al perfil del actor y a las circunstancias que rodearon su muerte.
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La sentencia de Plasencia y los acuerdos alcanzados con el resto de los acusados consolidan el panorama judicial, mientras las autoridades continúan revisando los antecedentes que llevaron al actor a depender de un tratamiento que, inicialmente, buscaba aliviar su depresión y ansiedad. La investigación federal concluyó que los acusados facilitaron ketamina al actor durante sus últimas semanas de vida, mientras Perry intentaba mantener una terapia que derivó en un ciclo peligroso y finalmente fatal.
