La enfermedad venosa crónica o también conocida como insuficiencia venosa crónica (IVC), es una condición en la que las venas de las piernas no permiten el retorno eficiente de la sangre al corazón, afecta a entre el 20% y el 30% de la población adulta chilena, con una prevalencia que se eleva hasta el 50% en personas mayores de 50 años. Esta afección, que produce dolor, pesadez, hinchazón y, en casos avanzados, úlceras venosas, también impacta la salud emocional y el bienestar general de quienes la padecen.
Los síntomas de la IVC, como venas visibles, fatiga, calambres nocturnos o sensación de hormigueo, afectan significativamente la calidad de vida y están muchas veces rodeados de estigmas que impiden su diagnóstico y tratamiento oportuno. Su incidencia aumenta desde los 20 años de edad y las mujeres son las más afectadas, por eso es importante un tratamiento oportuno como el de la terapia compresiva.
La terapia compresiva es un tratamiento que aplica presión controlada en las piernas mediante el uso de medias de compresión. Esta presión, que va disminuyendo desde el tobillo hacia arriba, mejora el retorno venoso, reduce el estancamiento de la sangre en las extremidades inferiores y contribuye a que las venas dilatadas funcionen de manera más eficiente.
La IVC es una afección que tiene un impacto significativo en la calidad de vida de la población chilena. Sin embargo, con un diagnóstico adecuado brindado por personal médico y un tratamiento personalizado, es posible mejorar la atención de los síntomas, prevenir complicaciones y promover una mejor salud vascular; entre las múltiples opciones para abordar esta condición, las medias de compresión pueden ser una excelente opción para ello.
El tratamiento para la IVC comprende opciones terapéuticas tanto conservadoras como invasivas, buscando mejorar la función venosa y los signos y síntomas que genera esta enfermedad. Entre las opciones conservadoras se incluyen el tratamiento físico: ejercicio, terapia compresiva y el tratamiento farmacológico. Entre las modalidades de intervención invasiva están: cirugía de las venas superficiales y profundas, entre ellas la flebectomía percutánea mediante ganchos y técnicas de stripping, una operación quirúrgica para la intervención de las várices.
Por su parte, la terapia compresiva alivia los síntomas de cansancio, pesadez, quemazón e incluso hinchazón en las piernas. Su uso tiene diferentes indicaciones, tales como prevenir el edema ocupacional al estar mucho tiempo de pie o sentado, la trombosis venosa profunda durante vuelos prolongados y durante la hospitalización por cirugías. Se indica también para aliviar los síntomas y atenuar cambios estéticos producto de la IVC. Actualmente su uso también se ha extendido a alteraciones por Linfedema y Lipedema, embarazo, prevención de la recurrencia de la úlcera venosa y del síndrome post trombótico.
De hecho, JOBST®, marca pionera en medias de compresión, impulsa una nueva campaña global con un mensaje claro: es momento de romper los estigmas que rodean a las condiciones venosas y redefinir la forma en que las personas viven con ellas.
“Ofrecemos soluciones de terapia de compresión que empoderan a los pacientes para enfrentar las enfermedades venosas. Sabemos que muchos dudan por el estigma y las ideas erróneas sobre su uso, por lo que trabajamos para crear conciencia y fomentar el diagnóstico adecuado. Queremos cambiar la forma en que se perciben estas condiciones. Con JOBST, creadores de medias de compresión que alivian y previenen la insuficiencia venosa crónica, demostramos que es posible llevar una vida plena, incluso con IVC” destacó el vocero Javier Pizarro, director comercial de la marca en Chile.
La IVC es una afección que tiene un impacto significativo en la calidad de vida de la población chilena. Sin embargo, con un diagnóstico adecuado brindado por personal médico y un tratamiento personalizado, es posible mejorar la atención de los síntomas, prevenir complicaciones y promover una mejor salud vascular.
Referencias: