Es más, durante la entrevista explicó la confianza fue algo que vino con la edad. “Creo que hay algo que simplemente te golpea cuando cumples 50 y que literalmente todo te importa un carajo”, dice. “A los 50, no haces nada que no quieras hacer”.

Parte de su seguridad y confianza definitivamente vinieron de su paso por Grey’s Anatomy, uno de los dramas de televisión más populares en los últimos 17 años. Tanto así, que asegura que hoy ve las cosas diferentes y puede notar ciertos aspectos que antes no veía. “Sé cómo funcionan los sets y sé cuándo alguien está agotado. Sé cuándo alguien tiene miedo de hablar y sé cuándo alguien está aburrido y no contribuye. Sé cuándo un director está llamando. Puedo ver el comportamiento de las personas bastante claro “.

Sobre convertirse en la actriz mejor pagada en una serie de televisión, y reconocer el valor de una persona, Pompeo asegura que no basta con solo creer que “lo vales”, debes poder argumentarlo con números duros y reales, y demostrar que eres capaz de generar tales beneficios y ganancias. “A estas personas no les importa lo que tú crees que vales. Los personas de negocios se mueven por número y según eso deciden a quién le pagan. Tienes que hablar otro lenguaje”, sentenció.

Grey’s no fue perfecto en eso, y a Ellen Pompeo le tomó 10 años lograr obtener lo que ella merecía por su trabajo. Y aseguró que esa lucha generó mucha competencia entre sus compañeros de set. Sin embargo, recuerda con nostalgia los primero años y sus viejos compañeros de reparto como Sandra Oh, Katherine Heigl y, por supuesto, su esposo televisivo McDreamy, interpretado por Patrick Dempsey. “Durante los primeros días, todos realmente teníamos algo”, dijo. “Nos divertimos mucho en ese entonces”.

La química del elenco original hizo del show una historia mucho más creíble, y generó una conexión emocional entre los personajes y la audiencia. Es más, la química entre Meredith y Patrick fue tal, que el esposo de Ellen Pompeo, Chris Ivery, llegó a ponerse celoso de las escenas que incluían besos.