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Maestro, la película dirigida y protagonizada por Bradley Cooper, ya está disponible en Netflix. Y la historia comienza mostrando el primer encuentro entre el director de orquesta estadounidense y la actriz que vivió parte de su infancia en Chile, Felicia Montealegre. Es por esto que, a través del personaje de Felicia, nuestro país es recurrente en el film. Pero hay más chilenos involucrados.
Corría el año 1946, unos años después de que Montealegre llegara a Nueva York con el sueño de iniciar una carrera como actriz. En esa época, el nombre de Bernstein se escuchaba en todos lados tras haber sido nombrado como director asistente de la Filarmónica de la Gran Manzana. Y fue en dicha ciudad donde Bernstein y Montealegre, en una fiesta organizada por el pianista chileno Claudio Arrau.
Primero, durante su encuentro en casa de Arrau, después en una entrevista televisiva y más tarde en un par de episodios. Sin embargo, no hay pistas del viaje que Bernstein hizo a Chile en 1958. Como tampoco las hay de las visitas que hicieron como matrimonio.
Cabe destacar que Maestro contó con la colaboración y la aprobación de los tres hijos del matrimonio, Jamie, Alexander, y Nina, con quienes Cooper habló durante proyecto.
Carey Mulligan conversó con ellos, pero en su intento por profundizar en las raíces del personaje decidió viajar a Chile. Y la actriz nominada al Oscar fue vista en Santiago en abril de 2022.
“Su acento era muy específico, porque nació en Costa Rica, se mudó a Chile cuando era niña y realizó la mayor parte de su educación allí. Y luego se fue a Nueva York”, contó Mulligan en Variety.
El principal motivo del viaje de Mulligan fue el de compartir con otros familiares de Montealegre . Así como recorrer los lugares en los que vivió durante su infancia y adolescencia. “Fueron maravillosos. Tenía más de noventa años, habló del tiempo que pasaron juntos con la familia Bernstein”, señala en alusión a su encuentro con un cuñado de la actriz.
“Conocí a muchos familiares y vi una gran cantidad de sus pinturas originales. Me llevaron a un recorrido completo por Santiago y fuimos a la escuela donde estudió. No podrían haber sido más dulces, llenos de historias y anécdotas. Fue muy útil. Y estaban muy emocionados de que la historia de Felicia se contara y que no se tratara solo de Lenny, sino de la vida que hicieron juntos”.
