Hay dones que se heredan en silencio. Pablo Miranda, mejor conocido como Pablo Canaliza, creció escuchando voces que nadie más oía y guardando secretos dictados desde otra dimensión.
Hoy, esa habilidad que cultivó con pudor se ha convertido en una presencia cotidiana en la televisión chilena, donde canaliza mensajes desde el más allá en el programa ¡Hay que decirlo!
Desde niño tiene la capacidad de conectarse con seres queridos que ya no están en este plano. Una habilidad que, según relató, emergió con naturalidad: “Es como cuando aprendes, desde niño, a andar en bicicleta (…) simplemente lo haces”, dijo en conversación con Canal 13.
Ver esta publicación en Instagram
Sus padres fueron los primeros en notar que algo distinto habitaba en él. “Me decían: ‘Oye, ¿por qué sabes esta información? Esto es privado’. Y yo les decía ‘No, es que me la soplan'”, recordó.
Pero lo que para muchos podría parecer un juego de infancia, se convirtió con los años en una vocación. Y desde hace poco, en un oficio. “Yo siempre canalicé, pero en privado, solamente a los dos o tres de mi familia, nadie más. Me daba pudor que la gente supiera, mi mamá me dijo que hiciéramos una promesa de que nadie se enterara“, confesó.
Hoy, a sus 43 años, Pablo no solo canaliza mensajes desde el más allá: también diseña espacios como arquitecto, su otra profesión. Y aunque la exposición mediática ha potenciado su rol como médium, también ha traído situaciones inusuales.
Según contó, padres de compañeros del colegio de su hijo de 8 años han intentado contactarlo a través del niño. “Prefiero sacarlo de la ecuación porque está sobreexpuesto”, afirmó.
Episodios similares le ocurren, dice, “en todos lados, a cada rato”. Desde el banco hasta el supermercado, no faltan quienes se le acercan buscando respuestas.
Más que un personaje televisivo, Pablo Canaliza se ha convertido en un símbolo de una sensibilidad que desafía la lógica y que, para muchos, ofrece consuelo en medio del misterio. Porque si bien no todos entienden su don, nadie puede negar que su forma de canalizar ha abierto una conversación donde antes solo había silencio.