Separados por una profunda ruptura que parece no tener fin, el príncipe William y el príncipe Harry mantienen, sin embargo, un compromiso inquebrantable: criar a sus hijos con el valor más preciado que heredaron de su madre, la princesa Diana.
Según la historiadora Amanda Foreman, ambos han construido hogares donde prima “una crianza genuinamente auténtica, y eso es puro Diana”. Aunque la distancia física y emocional entre ellos es evidente, sus vidas familiares se sustentan en ese mismo principio.
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Los hijos del rey Carlos han encontrado formas concretas de honrarla: tanto Charlotte como Lilibet llevan su nombre como segundo nombre, sus retratos ocupan lugares visibles en sus casas, y las historias sobre ella forman parte de la vida cotidiana de los pequeños.
William, de 43 años, y Kate Middleton son padres de George (12), Charlotte (10) y Louis (7), mientras que Harry, de 40, y Meghan Markle crían a Archie (6) y Lilibet (4). Para Foreman, “los valores que están inculcando y discutiendo como familias pueden ser su mayor logro. Ambos son muy buenos modelos a seguir como padres”.
La relación entre los hermanos se quebró públicamente en 2020, cuando los duques de Sussex se apartaron de sus deberes reales. “Se dijeron cosas que provocaron la ruptura inicial y nunca sanó”, recordó Andrew Morton, biógrafo de la princesa Diana.
Harry detalló en sus memorias Spare un episodio de 2019 en el que William criticó a Meghan. Y según su versión, lo tomó por el cuello y lo derribó al suelo. La tensión aumentó con la entrevista televisiva que la pareja concedió a Oprah Winfrey en 2021, la docuserie de Netflix y el propio libro, todos con críticas directas a miembros de la familia real y a la institución. “Algunos miembros de mi familia nunca me perdonarán”, dijo Harry a la BBC en mayo.
Para Robert Lacey, autor de Battle of Brothers, la reconciliación parece lejana. “La ruptura es muy profunda y de larga duración. No cambiará, en mi opinión, hasta que Harry dé el primer paso y se disculpe”. Foreman coincide: “Todos quieren que suceda bajo sus propios términos, pero eso es lo que lo hace imposible”.