Harry y Meghan dejaron el Reino Unido, ya no son miembros activos de la realeza, y aún cuando Canadá parecía ser el destino de la familia lejos de la corona, finalmente Estados Unidos fue el país elegido.
Sin embargo, antes de trasladarse definitivamente a Los Ángeles, el duque estuvo presente en una serie de eventos oficiales, los que serían los últimos como “su alteza real” y, entre ellos, asistió al lanzamiento de Travalyst, su iniciativa sobre cómo viajar de manera más sostenible.
Durante un acto de la misma organización, el hermano de William le pidió a sus colaboradores “Simplemente llámenme Harry”. Un gesto que no llamó la atención en el minuto, pero que más tarde lo haría.
En el registro del proyecto, el nieto de la reina Isabel II figura como príncipe Harry Charles Albert David, duque de Sussex. Dejando en evidencia que no hay rastro del apellido familiar, Mountbatten-Windsor, ni tampoco del título de Alteza Real, al que si bien habían renunciado, aún le correspondía en el momento de la presentación de los documentos.
Sin embargo, para los expertos en realeza esto es una prueba más de que los duques de Sussex habían tomado la decisión mucho tiempo antes de hacerla pública, meses antes, incluso antes de la entrevista que dieron en Sudáfrica y en la que revelaron estar sobrepasados por el trato de la prensa, y tras la cual se tomaron seis semanas de descanso. Y a su regreso, dieron la noticia.
El apellido de la familia no suele usarse, y se mantiene aún cuando se han perdido los títulos. Pero en el caso de príncipe Harry, en su época militar, usaba Gales como apellido, en una clara referencia a su madre.