El pasado sábado, Isabel II salió para ofrecer una recepción en Sandringham House en la víspera de su Día de Adhesión que marcó sus 70 años desde el día en que se convirtió en reina.
Así, y rodeada de representantes de organizaciones benéficas locales y miembros del Sandringham Estate, cortó un pastel especial para conmemorar su Jubileo de Platino. Y además, fue una instancia para recibir regalos, pero lo que llamó la atención fue un pequeño detalle: su bastón.
Rápidamente, el detalle cobró sentido y un significado especial al reconocerse como el bastón que habría sido del duque de Edimburgo, quien falleció el pasado abril a los 99 años de edad.
«Reconocí el bastón al instante, ya que siempre se mantuvo en una olla junto a la puerta principal. Era el bastón del duque, y es muy conmovedor que la reina haya comenzado a usarlo», señaló el biógrafo del príncipe Felipe, Gyles Brandreth a The Telegraph.
Y, aunque Felipe utilizó el bastón públicamente por última vez en 2013 mientras se recuperaba de una cirugía abdominal, también lo había usado recientemente mientras trabajaba en la propiedad de Sandringham en Norfolk, que administraba.
Pero aquel detalle de parte de la monarca de 95 años, no fue el único para honrar la memoria de su amado esposo. En un comunicado emitido el mismo día de su aparición escribió que estaba «bendecida de que en el príncipe Felipe tuviera un compañero dispuesto a desempeñar el papel de consorte y hacer desinteresadamente los sacrificios que ello conlleva».
Robert Lacey, historiador real señaló a People que: «En el mensaje, ella reconocía su propia mortalidad y miraba hacia el futuro. Mientras pensaba en su padre, Jorge VI, también habría pensado en su madre y la importancia que tenía como compañera para él».
«Y luego, por supuesto, con el fallecimiento del Príncipe Felipe, ella está considerando los sacrificios y las dificultades de ser una consorte», agregó. Refiriéndose también a su deseo de que Camilla sea reconocida como reina consorte .