El recordado show del Superbowl de Madonna fue la instancia en la que el diseñador siciliano logró mostrar sus creaciones gracias a Nicki Minaj y M.I.A., cantantes invitadas al show. Su fascinación por Hollywood lo llevó a abandonar tempranamente su natal Sicilia para absorber desde cerca la cultura del glamour del cine y luchar por su gran sueño de trabajar en moda. Fue así como su trabajo como asistente del fotógrafo David Lachapelle fue una de las catapultas que aprovechó para hacerse un nombre y lanzarse al estrellato.
A pesar de que en 2010 logró ser considerado como un diseñador emergente que estaba muy en boga gracias a sus célebres musas, fue su pasada por Ungaro entre 2012 y 2017 lo que lo impulsó como un nombre grabado a fuego en la línea de tiempo de la moda. Sin embargo, su estética fuertemente enmarcada en la imaginería del imperio romano con lenguajes visuales modernos, lo hizo seguir potenciando su nombre en solitario hasta que este revuelto año 2020 le preparó su más reciente vitrina para volver al olimpo de la moda italiana. Y es que este mes de octubre, Fausto Puglisi fue nombrado director creativo de Roberto Cavalli, siguiendo un camino que se ha forjado bajo los mismos principios de sus tempranas obsesiones.
La buena reputación que ha hecho a Roberto Cavalli uno de los reyes de las alfombras rojas, es una de las enormes dignidades a las que Fausto Puglisi está llamado a mantener y potenciar, en medio de un mercado de la moda cambiante y que tiene como uno de sus ejes la comunicación digital. Aunque aún no hay señales de cómo se vendrá la mano creativa de Fausto Puglisi para Cavalli, sería algo obvio el pronosticar una nueva era Cavalli a la luz de la diversidad de audiencias y un mundo cada vez más sensible a la realidad social.
¿Podrá Puglisi adaptar sus ideales del viejo glamour hollywoodense a la vorágine del cambio que se está viviendo en la moda contemporánea?