Tras la publicación de Spare a principios de año, el Príncipe Harry podría verse en apuros y perder su derecho a vivir en EE.UU. por «ser demasiado sincero sobre su consumo de drogas en el pasado», según informan medios internacionales.
El duque de Sussex, de 38 años, reveló en sus memorias que no solo «bebió mucho», sino que además consumió cocaina y fumó marihuana durante largos periodos de su vida.
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Harry, quien actualmente vive en Montecito, California, afirmó que sólo consumió cocaína en su adolescencia, pero también admitió haber experimentado con psicodélicos hasta bien entrada su edad adulta.
Page Six, informó en exclusiva de la mano de un experto legal que «admitir el consumo de drogas suele ser motivo de inadmisibilidad», según afirmó la ex fiscal federal Neama Rahmani.
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«Eso significa que el visado del príncipe Harry debería haber sido denegado o revocado porque admitió haber consumido cocaína, setas y otras drogas». Sin embargo, otros sostienen que el príncipe está a salvo.
El príncipe declaró durante una conversación en vivo con el experto en traumas Gabor Maté a principios de este mes que considera las drogas alucinógenas una parte «fundamental» de su vida.
«Fue la limpieza del parabrisas, la eliminación de los filtros de la vida, lo eliminó todo para mí y me aportó una sensación de relajación, alivio, comodidad, una ligereza que conseguí retener durante un tiempo», compartió entonces.
Por otro lado, el famoso abogado James Leonard, más conocido por su caso de inmigración con Joe Giudice no está de acuerdo con Rahmani en que el estatus de Harry en Estados Unidos corra tan alto riesgo.
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«No veo ningún problema con las revelaciones en sus memorias con respecto a la experimentación recreativa con drogas», señaló el abogado de alto perfil con sede en Nueva Jersey al mismo medio.