El príncipe Carlos quiere “minimizar” las residencias de la familia real cuando él sea rey, algo que no se espera hasta el fallecimiento de Isabel II. Según publicó hace algunos días el periódico Daily Mail, el príncipe contempla una reorganización de las residencias reales. Por ejemplo, que las lujosas viviendas en el Palacio de Buckingham se reduzcan a algo mucho más modesto una vez finalicen las obras que se están llevando a cabo en el palacio y que no culminarán antes de 2026. Una remodelación que cuenta con un presupuesto de 430 millones de euros para reacondicionar el edificio donde la familia real mantiene en la actualidad 52 habitaciones y el de sus invitados, además de 188 habitaciones para el personal.
Habrá alojamiento para el príncipe en Buckingham, pero será algo “similar a la vivienda del primer ministro en Downing Street”. “Tanto el príncipe como la duquesa de Cornualles son muy prácticos y ven que el monarca reinante debe vivir en el Palacio de Buckingham, de lo contrario se convertiría en Hampton Court, una atracción para visitantes en lugar de un palacio real en funcionamiento”, dice una fuente cercana al príncipe Carlos.
Será la residencia oficial, pero no la única casa del futuro rey de Inglaterra. Se espera que Carlos mantenga su querida Highgrove, su casa del campo del siglo XVIII y su refugio sostenible con granja y huerto en Gloucestershire, aunque se desconoce qué pasará con Clarence House, su actual residencia oficial en Londres donde estaba previsto que viviera Harry, situación que no se contempla con el príncipe fuera de la familia y viviendo en California. Es más probable que, cuando llegue el momento, vivan ahí algunos de los hijos de los duques de Cambridge, los príncipes George, Charlotte o Louis.
Carlos también conservará Birkhall, la casa en Escocia que heredó de su abuela tras su muerte en 2002. Allí pasaron Carlos y Camilla su luna de miel y allí se aisló la pareja los primeros meses del confinamiento -donde el príncipe pasó el coronavirus- antes de regresar a Londres. Respecto a lo que pasará con Balmoral cuando la Reina no esté tampoco está claro. Se ha hablado de crear un museo en homenaje a la reina.
El destino habitacional de los duques de Cambridge, según la idea de Carlos es que, como se ha publicado en alguna ocasión, establezcan su residencia en el Castillo de Windsor, aunque en su caso puede que no haya que esperar a que el príncipe llegue al trono ni al fallecimiento de la reina ya que, entre otras cosas, serviría para que la monarca esté más acompañada.
Según el mismo tabloide, el príncipe se habría reunido con trabajadores del Palacio para discutir lo que sucederá cuando el centro de la familia se limite a él, Camilla y los Cambridges con sus hijos. “Todo el mundo reconoce que no tiene sentido administrar tantas residencias, pero si las abandona por completo, nunca las recuperará cuando el príncipe George y los miembros de la familia real más jóvenes crezcan y necesiten un lugar para vivir”, dice la misma fuente consultada por Daily Mail.
La intención del príncipe es que las propiedades de la familia real puedan ofrecer algo a los británicos aparte de ser las residencias de los miembros de la familia. Este plan que transformaría las residencias reales en lugares públicos supondría un ingreso económico para la Corona que actualmente se financia a través de la subvención del gobierno británico.
Se ha dicho que el duque de York está particularmente preocupado por su casa, Royal Lodge, en los terrenos del Castillo de Windsor, donde vive con Sarah Ferguson, aunque por el momento no se le ha pedido, ni sugerido, ningún tipo de mudanza. Se cree que tampoco se les animará a irse de sus casas ni al príncipe Eduardo ni a la princesa Ana, con sus respectivas familias.