Revista Velvet | El oscuro cuento de las princesas de Dubái
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El oscuro cuento de las princesas de Dubái

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El oscuro cuento de las princesas de Dubái

POR Sole Hott | 13 septiembre 2024

Secuestros, torturas y fugas marcan la historia de estas hijas del vicepresidente y Primer Ministro de los Emiratos Árabes Unidos, Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, quien ha sido acusado de graves faltas a los derechos humanos y al de las mujeres.

“Querido marido, como estás ocupado con otras compañeras, por la presente declaro nuestro divorcio. Me divorcio de ti, me divorcio de ti y me divorcio de ti. Cuídate. Tu exesposa”.

Con esas palabras, y a través de Instagram, el 16 de julio, la princesa de Dubái Sheikha Mahra (30) ponía fin a su matrimonio con el jeque Mana Bin Mohammed Al Maktoum. Una drástica decisión a tan sólo dos meses de convertirse en madre y a poco más de un año de su lujosísima boda real.

Sheikha es una de los más de treinta hijos de Mohammed bin Rashid Al Maktoum, vicepresidente y primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y gobernante de Dubái. Su madre es Zoe Grigorako, de origen griego, quien se divorció del emir hace tiempo en una manera mucho más discreta. Pero los tiempos cambian también en el Medio Oriente y la princesa se saltó todo protocolo y decidió romper por redes sociales, aludiendo a las infidelidades de su marido.

El matrimonio se celebró en junio de 2023 en el Dubai World Trade Center en una lujosa recepción. En mayo pasado dieron la bienvenida a su primera hija y, de acuerdo con la revista Hello Indio-Arabia, la pareja ya atravesaba por una crisis y tensiones que hacían especular su posible separación.

Y no hubo intención de esconder el mal momento, ya que la propia princesa había adelantado sus intenciones y, a casi un mes del nacimiento de su primogénita, publicó en Instagram una foto con ella que acompañó con un decidor mensaje: “Sólo nosotras dos”.

Esas palabras sellaban cualquier posibilidad de lazo con su ex. Una osadía que la hija del primer ministro de EAU ya había demostrado al usar la ley que permite a los hombres musulmanes divorciarse utilizando tres veces la frase “me divorcio de ti”. La declaración, también conocida como “triple talaq”, es la práctica unilateral que pone a las mujeres en una situación vulnerable y que está prohibida en muchos países islámicos.

Si bien en un comienzo se pensó que la cuenta de la princesa había sido hackeada, lo cierto es que no fue el caso. Además, la jequesa borró todas las imágenes junto a su ahora exmarido.

Algo similar ocurrió con el perfil público del jeque en cuestión, quien no tiene fotos de la princesa y en junio publicó una foto junto a la frase: “Empieza de inmediato a vivir y cuenta cada día por separado como una vida separada”. ¿Estaría Mana Al Maktoum al tanto de los próximos movimientos de su, en ese entonces, mujer? Nada ha dicho al respecto.

Hasta ahora, la Familia Real de Dubái no se ha referido a los hechos. Pero quizá no debería llamar la atención si es que tomamos en cuenta que la princesa de Dubái es una figura influyente en su país, reconocida por su labor humanitaria y muy activa en redes sociales, donde comparte su vida con sus más de 800 mil seguidores.

Actualmente, el proceso de divorcio en los EAU tiene diferencias entre parejas musulmanas y no musulmanas. En el caso del primero implica la anulación del contrato matrimonial, según la Sharia, ley que rige los matrimonios islámicos y que destaca la santidad del enlace.

En el caso de ambos cónyuges musulmanes residentes en los EAU, se aplicará la Sharia y el procedimiento puede ser iniciado por el marido o por la mujer. Además, ellas pueden solicitar el divorcio por “daños”, incluso, sin tener un permiso explícito en sus contratos matrimoniales. Algo que juega a favor de Sheikha.

Pero lo que llama la atención de su caso es la forma en que lo anunció y la escalada de titulares que aparecieron en los más diversos medios del planeta.

PRINCESAS EN FUGA

Los detalles del quiebre de la jequesa son desconocidos, pero el impacto de su ruptura también recae en el historial de su padre. El mismo tuvo un enfrentamiento legal en Inglaterra con una de sus seis esposas, la princesa Haya de Jordania, hermana del rey Abdalá II, cuando esta huyó buscando el divorcio.

En mayo de 2019, la princesa Haya se fugó a Londres con sus dos hijos, Jalila y Zayed, acusando al poderoso árabe de amenazas de muerte y de intentar casar a su hija de 12 años (hoy de 17) con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, ¡veinte años mayor!

El emir negó las acusaciones y contraatacó afirmando que ella había huido de Dubái para estar con su amante, el guardaespaldas británico Russell Flowers.

Finalmente, y tras 15 años de matrimonio, en 2021 se llegó a un divorcio catalogado como el más caro de la realeza, acordando el pago de 650 millones de euros por parte del emir. Además de la indemnización correspondiente, él accedió a la manutención de sus hijos y perdió la custodia.

Por su parte, el rey Abdalá II, intercedió a favor de su hermana y le otorgó un cargo diplomático para blindar su vida, pasando a ser la primera secretaria de la embajada jordana en Gran Bretaña. Gracias a esto pudo establecerse en Londres, además de tener inmunidad y protección diplomática.

Mohammed bin Rashid Al Maktoum se casó con seis mujeres, de quienes se fue divorciando una por una para entrar a un nuevo matrimonio. Su gobierno ha sido criticado por faltas a la democracia y respeto a los derechos humanos. Que la princesa Haya lo acusara de haberla golpeado, además de amenazarla con matarla e intentar secuestrarla, no suena a una historia descabellada si se toma en cuenta lo que ocurrió con otras de sus hijas, las princesas Latifa y Shamsa, algo que influyó en la princesa Haya.

En el año 2000, Shamsa tenía 18 años y se escapó de una propiedad familiar en Surrey, Inglaterra. Sin embargo, fue detenida, sedada y traslada al emirato nuevamente.

La “agarraron y la metieron en un auto gritando, de ahí en helicóptero a Francia y de Francia a Dubái, drogada”, comentó Stuart Millar, periodista del diario británico The Guardian. Tras su captura estuvo ocho años encerrada.

Su hermana Latifa, quien la visitó al final de ese periodo, aseguró: “Estaba muy mal. Fatal. Teníamos que llevarla de la mano. Era incapaz de abrir los ojos, no sé bien por qué. Los que la rodeaban la tenían empastillada todo el día. Parecía una zombi”. Su padre justificó los hechos alegando que “Shamsa era más vulnerable que otras mujeres de su edad”.

Ver aquel cautiverio motivó a Latifa, quien intentó escapar sin éxito en 2002, cuando tenía 17 años. Tras su fallida huida, denunció haber sido maltratada físicamente y encarcelada por tres años. “Una tortura constante. Cuando no me golpeaban, me torturaban de otros modos. Apagaban todas las luces. Estaba sola en un cuarto sin ventanas. Cuando apagaban las luces, estaba como en la boca del lobo. No sabía si era de día o de noche. Hacían ruidos para desquiciarme. Se presentaban en mitad de la noche, me sacaban de la cama y me pegaban”, reveló, así como también la falta de apoyo de su madre.

A Latifa la soltaron en 2005. En 2010, a través de Facebook, contactó a la finlandesa Tiina Jauhiainen, a quien conoció en clases de capoeira. Fue la europea quien la ayudaría a tratar huir nuevamente en 2018 con la ayuda del exespía francés Hervé Jaubert. Grabaron un video con su historia que se publicó en YouTube.

“Este video me puede ayudar porque la única cosa por la que se interesa mi padre es por él mismo… Este video podría salvar mi vida. Si lo estás viendo no es una buena noticia, o estoy muerta o estoy en una situación muy, muy mala”, afirmaba la joven mirando la cámara.

Los planes se vieron interrumpidos por su padre cuando iban camino a India. En su defensa, el jeque declaró: “Teníamos miedo de que nuestra hija estuviera en manos de un criminal decidido a exigir rescate. Montamos una operación de salvamento, y Latifa está otra vez en Dubái”.

Un año después, la joven logró ponerse en contacto con su amiga Tiina y grabó videos en su cautiverio que fueron publicados por la BBC gracias a la finlandesa. “Me tienen prisionera. Esclavizada. Sin juicio, sin acusación formal, sin nada”, relataba desde un baño.

Ante la exposición mundial, la Familia Real reaccionó diciendo que “Latifa se encuentra en su hogar, donde goza de todos los cuidados y el apoyo de su familia y profesionales de la medicina”.

Finalmente, la arriesgada publicación de los videos cooperó con la princesa y en febrero de 2022 aparecía en París junto a Michele Bachelet, quien en su calidad de Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, tomó el caso.

LAS DUDAS DE MICHELE BACHELET

Bachelet no vio con buenos ojos las supuestas imágenes de la joven princesa que circulaban y pidió reunirse con Latifa para comprobar su estado. “En los viejos tiempos, cuando alguien era secuestrado, (como muestra) debía tomarse una foto sosteniendo el diario del día”, comentó la expresidenta de Chile en una entrevista con The New Yorker en 2023.

Finalmente, y después de varios intentos, acordaron el encuentro. Y el 18 de febrero de 2022, la oficina de la exmandataria compartió una imagen de ambas junto al mensaje: “Latifa informó al Alto Comisionado que estaba bien y expresó su deseo de respetar su privacidad”. Sin embargo, la ONU aclararía después que la reunión se realizó en noviembre de 2021.

En la entrevista, Bachelet recordó su encuentro con la princesa. “Se reconcilió con su padre” fue lo primero que le dijo cuando estuvieron juntas y en privado, y le aseguró que vivía “en libertad” en Dubái. Algo que la sorprendió, ya que uno de sus últimos mensajes en cautiverio era precisamente que “nunca habrá un final en el que Latifa sea feliz con su familia en los Emiratos Árabes Unidos”.

Si bien la princesa le dijo que era feliz con su vida, la política chilena dudó. “¿Es realmente feliz con la situación o tuvo un acuerdo que quiere proteger y por eso me dijo lo que dijo?”, señaló al New Yorker. “Sólo pude reportar lo que me dijo. Y que hice preguntas y tuve respuestas. Y que las respuestas fueron consistentes y coherentes. ¿Esa es la realidad? No lo sé, no lo podría decir”, agregó sobre el informe que realizó para Naciones Unidas.

Pocos creen en el final feliz de Latifa, pero cada cierto tiempo se deja ver, lo que no ocurre con su hermana. Su historia llegará a la pantalla de la mano de la guionista Lindsay Shapero, en una producción titulada “The Escape”. “Trata de dos amigas dispuestas a todo la una por la otra. Me siento muy privilegiada por escribir una serie tan importante y emotiva”, dijo a Vanity Fair en 2023, adelantando que la producción comenzaría este año.

 

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