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Ha sido todo un homenaje a Felipe de Edimburgo. Como no podía ser de otra manera, el tradicional mensaje que la monarca emite cada año a través de televisión, este año ha tenido un toque algo triste. A corazón abierto y más sincera que nunca con sus sentimientos se ha mostrado la abuela de William y Harry.
Con el broche de zafiro que lució en su luna de miel en 1947 y nuevamente en su aniversario de bodas de diamantes, y vestida con un diseño rojo muy navideño de Angela Kelly, la jefa del estado británico, a sus 95 años, ha atravesado un complicado momento tras la muerte de su marido. Son las primeras navidades que pasa sin él y ha asegurado que echa mucho de menos a su “amado” esposo. Ha dicho que este año entiende especialmente a todos aquellos que viven estas fiestas sin algún ser querido a su lado.
Siempre reservada a la hora de mostrar sus más profundos y personales sentimientos, esta vez, Isabel II ha querido compartir con todos su dolor. “Aunque es un momento de gran felicidad y buen ánimo para muchos, la Navidad puede ser difícil para quienes han perdido a sus seres queridos. Este año, especialmente, entiendo por qué”.
Sentada detrás de un escritorio sobre el que había sido colocada una fotografía de la reina y el duque de Edimburgo de 2007, con motivo de la conmemoración de su 60 aniversario de bodas, Isabel II dedicó unas bonitas palabras a su marido: “Su sentido de servicio, curiosidad intelectual y capacidad para exprimir la diversión de cualquier situación eran incontenibles. Ese brillo travieso e inquisitivo fue tan brillante al final como cuando lo vi por primera vez”.
Mucho cariño mostró también hacia su hijo mayor, el príncipe Carlos, y su esposa Camilla, así como hacia los duques de Cambridge, el príncipe William y Kate Middleton, destacando su activismo climático y su compromiso con el medio ambiente. Respecto a los Sussex, la reina hizo una pequeña mención a Lilibet Diana, la hija del príncipe Harry y Meghan Markle, por ser uno de los cuatro bisnietos nacidos este año. “Para mí y mi familia, incluso con una risa familiar perdida este año, habrá alegría en la Navidad, ya que tendremos la oportunidad de recordar y ver de nuevo la maravilla de la temporada festiva a través de los ojos de nuestros niños pequeños, de los cuales estuvimos encantados de dar la bienvenida a cuatro más este año”.
No hubo, sin embargo, ninguna referencia durante los 9 minutos que duró el discurso, ni al príncipe Andrés, ni al príncipe Harry ni a Meghan Markle, los tres miembros de su familia alejados por ahora de sus deberes reales. Nada en sus palabras o en las imágenes mostradas en pantalla mientras la monarca hablaba, en donde sí se pudo ver a Felipe de Edimburgo y a otros miembros de la familia, recordó a los Sussex o al padre de Beatriz y Eugenia de York.
En el discurso de la reina tampoco faltaron referencias a la pandemia. La última ola obligó a la monarca a cancelar su viaje habitual a Sandringham para pasar la Navidad en Windsor. “Si bien el coronavirus nuevamente significa que no podemos celebrar como hubiéramos deseado, aún podemos disfrutar de las muchas tradiciones felices”, resaltando los valores de las tradiciones navideñas transmitidas de generación en generación. “Estoy segura de que alguien en algún lugar comentará hoy que la Navidad es una época para los niños. Y es cierto, pero es solo la mitad de la historia. Quizás sea más acertado decir que la Navidad puede hablarle al niño que todos llevamos dentro”.
