Por Rommy Buchholz S.
El 14 de octubre el grupo de K-pop Blackpink lanzó su documental Light up the sky en Netflix. En este cuentan cómo llegó cada una a ser parte de la banda, sus inicios y el camino que han recorrido hasta hoy, para posicionarse como una de las más exitosas a nivel internacional.
Las Blackpink fueron el primer grupo coreano en presentar en Coachella y marcaron récords con su disco The Album. El que vendió más de 1,2 millones de copias, siendo el primer grupo de K-pop femenino en lograr esa cifra. Además, se posicionaron en el Top 10 de la lista Billboard 200 durante dos semanas seguidas.
Sin embargo, en el documental las artistas no solo muestran el lado bueno del éxito, también revelan detalles sobre el entrenamiento que tuvieron que realizar durante años antes de debutar. Y eso es lo que más ha llamado la atención.
YG Entertainment es una de las empresas de entretenimiento más grandes de Corea y está dedicada a encontrar, formar y promocionar potenciales estrellas del K-pop. Ahí fue donde Jennie, Rosé, Lisa y Jisoo se vieron por primera vez, mientras se encontraban realizando esta intensa formación.
“No era un ambiente muy alegre”, afirma Rosé en el documental. Las ‘trainees’ vivían aisladas de su familia. Pasaron de cuatro a cinco años entrenando diariamente durante 14 horas, sin descanso, y con solo un día libre cada dos semanas. Practicaban canto, baile e idiomas, y vivían con restricciones, no solo en lo académico, sino también en su vida privada.
Ellas recuerdan que además de vivir con la presión constante de rendir al máximo, los profesores solían criticarlas duramente acerca de lo que hacían y cómo lo hacían. Además, de manera mensual, eran evaluados y a quienes consideraban deficientes eran enviados a su casa. Por lo mismo, algunos pasaban años entrenando y solo cuando su desempeño era aceptable podían debutar.
¿De dónde viene este método de creación de futuras estrellas?
Lee Soo-man, músico y productor, fue quien a finales de los 80’s fundó SM Entertainment. Y decidió poner en práctica su método con el joven Hyun Jin-young, un bailarín que llegó a convertirse en un exitoso cantante de Hip-Hop. Pero tiempo después, la carrera del artista se vio truncada debido a que fue arrestado por posesión y consumo de drogas, lo que en Corea del Sur significa el fin de tu carrera.
Debido a esto Lee llegó a la conclusión de que la clave para que todo funcionara de manera correcta, era tener el total control sobre los artistas. Modificó su estilo, comenzó a reunir y crear bandas juveniles, influyendo en todo su proceso de formación e incluso luego de este.
En el libro La fábrica de canciones, del periodista John Seabrook, especifica de manera explícita los pasos necesarios que se realizan en la industria y hacer famosos a los artistas. Desde “que progresiones de acordes usar en cada país, el color exacto de la sombra de ojos que una interprete debe llevar en las distintas regiones de Asia, los gestos que deben hacer con las manos, los ángulos de cámara que usar en los videos”, entre otros.
Estos jóvenes que parecen perfectos y triunfan con el K-pop, son en la actualidad el rostro visible de Corea del Sur. Es más, los medios aseguran que los utilizan como carta diplomática. De ahí que no se les permita cometer errores.
Entran en un sistema a los 11 años de edad, y a través de un software predicen su voz y aspecto en el tiempo. Los contratos los amarran por 7 años, la esperanza de vida o éxito que les dan tras convertirse en estrellas. Reciben un pequeño porcentaje de las ganancias, porque deben pagar sus estudios, y hablar del tema, o de lo que ocurre tras bambalinas, es una de las cláusulas de confidencialidad.
Sin embargo, cada vez son más los jóvenes que hablan sobre lo que pasa en estas “fábrica de estrellas”. Un lugar donde los padres deben pedir permiso para visitarlos. ¿Cómo salir de ahí? El miedo a la humillación prioriza, por lo que o sales convertido en estrella, o bien, fracasas como una. Pero rendirse no es una opción.
Un orgullo para su país, pero una obsesión que resulta peligrosa para estos jóvenes.