Durante la última década, estimulados sobre todo por el auge de los contenidos vía streaming, hemos estado tan expuestos a innumerables horas consumiendo ficción que, aunque no tengamos conocimientos académicos ni de especialista respecto a la narración audiovisual, sabemos cuándo los realizadores que están detrás de cada una de estas historias, nos quieren tomar el pelo y también cuando nos subestiman. Esto último es lo que sucede con El Hijo, la segunda parte de la trilogía del director Florian Zeller, cuya primera adaptación con El Padre, lo llenó de aplausos y merecidos premios para Anthony Hopkins.
Y como reza la sabiduría popular, “aunque la mona se vista de seda…”, y es que en El Hijo, por más que tengamos en el reparto a Hugh Jackman, a Laura Dern, a Vanessa Kirby y nuevamente a Anthony Hopkins, en algo que puede llamarse un cameo y que no tiene nada que ver con su personaje en la película anterior, por más que haga de padre de Hugh Jackman, porque lo cierto que ni este reparto fulgurante de estrellas, le asegura el éxito a un filme que concitó interés por la favorable respuesta del filme anterior y por el reparto que convocaría. Así y todo, esta nueva adaptación teatral del dramaturgo francés Florian Zeller, hace aguas por bastantes lados.
Y es que por más entusiasmo y carisma que haya detrás de Jackman y de Dern, y que por momentos la historia tenga destellos de escapar del lugar común, a decir verdad, el gran problema con El Hijo, es que subestima de tal manera al espectador que todo lo explica. Y cuando subrayas tanto la página de un libro, lo más seguro es que la termines rompiendo.
Esta es la historia de un exitoso ejecutivo medioambiental, ad portas de convertirse en uno de los asesores de un congresista en su reelección, que trabaja en un rascacielos de Manhattan y que vive en Brooklyn con su segunda mujer (Vanessa Kirby) y la guagua recién nacida de ambos. Esa es la primera escena, el primer corte de la escena es cuando su ex esposa (Laura Dern) interrumpe esta intimidad de la pareja para comunicar los problemas que está teniendo con el hijo adolescente de ambos, Nicholas. Que ha dejado de ir al colegio y tiene comportamientos erráticos.
La adolescencia puede ser un lugar complejo y, muchas veces, superarla se vuelve cuesta arriba y un desafío para valientes. Es lo que le pasa a este chico, que finalmente decide ir a vivir con su padre, la pareja de su padre con la que tiene una relación cordial pero distante y su hermana recién nacida. Nick está en medio de una profunda depresión, se hace cortes, no asiste a clases ni se relaciona con personas de su edad, y de hacer pensar a todos que está en clases, él anda errante por la ciudad sin hacer nada más que mirar hacia un infinito desconocido.
De Peter, el personaje de Hugh Jackman, nos enteramos que (oh, sorpresa!) también fue un adolescente en problemas, que tiene una relación distante con su padre (Hopkins), y en una visita que le hace a su casona (porque lo que está claro es que los personajes de esta película no sufren necesariamente de miserias materiales, todos viven muy bien), donde a partir de lo que está pasando con Nick vuelven a resucitar viejos dilemas y culpas del pasado de ambos.
Intuimos para donde va este drama y nuestra intuición no es muy esperanzadora y siempre es acertada. El problema, como decíamos antes, es la sobreexplicación de los actos y situaciones que la película muestra. Es el trazo grueso con el que dibuja. Es la impotencia de ver a Hugh Jackman que, por más esfuerzos que haga para lograr esa ansiada nominación al Oscar y sobre todo, ganarse la estatuilla, nuevamente no lo logra. Es ver en la mirada desencantada de Laura Dern, actuar en algo con el piloto automático encendido, sabiendo que no es el guion más inteligente que le ha tocado interpretar, pero que hay que darle porque ya está ahí. Y en la angustia de ese chico, a ratos sobreactuada, a ratos mal actuada, a ratos genuina, qué duda cabe, pero que no le alcanza para traspasarnos la angustia de sentir que su vida no tiene sentido. Como el escaso sentido que hubo en querer embarcarse en la producción de este filme solo porque el anterior fue grito, plata y premios.
El Hijo se estrena este jueves 9 de enero en todas las salas de cine del país.