Revista Velvet | El futuro de la lencería es biodegradable
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El futuro de la lencería es biodegradable

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El futuro de la lencería es biodegradable

POR Vanina Rosenthal | 02 diciembre 2019

Victoria´s Secret ya no es lo que era. Con una impactante caída en las ventas, la marca que transformó en ángeles a las supermodelos (y que este año finalmente suspendió su icónico desfile/show) perdió mercado frente a empresas que supieron leer la importancia de incluir a todos los cuerpos en el mundo de la lencería, como Aerie. 

Pero la inclusión no es el único valor que exigen los consumidores. Sustentabilidad y responsabilidad social son hoy atributos fundamentales, especialmente para las nuevas generaciones. 

Durante 140 años, Solstiss ha fabricado encajes en máquinas Leavers en el norte de Francia. Cuando la compañía, que es proveedora de marcas como Givenchy, Alexander McQueen y Valentino, decidió crear su primera gama de algodón orgánico, se enfrentó a un importante desafío técnico. Los telares, todos de entre 100 y 150 años de edad, procesaban solo hilos extremadamente delgados como viscosa, nylon y lana. El algodón orgánico es más grueso, y era incompatible. Tardaron dos años de investigación y adaptación técnica para producir con éxito el primer encaje Leavers -el encaje que se usa para la alta costura- del mundo hecho de algodón orgánico, y así comenzó la fiebre por la lencería biodegradable.

La marca Liz, que se vende en Chile, usa poliamida biodegradable en sus prendas.

“Hasta ahora, la industria se ha centrado en gran medida en telas recicladas, según Raphael Camp, CEO de Eurovet Americas. Pero algunos fabricantes están presionando para integrar fibras naturales y biodegradables en lencería y ropa interior a medida que los clientes cuestionan el impacto de los sintéticos”, explicó en un reportaje publicado por Vogue Business.

En el mercado fragmentado de lencería, ninguna marca ha surgido como un claro líder en sostenibilidad. Aerie es sinónimo de inclusión. Pero nada más.

Los productos biodegradables son una alternativa prometedora, porque los estándares de compostaje no requieren la liberación de productos químicos nocivos durante el período de descomposición. Otra alternativa -dice el artículo de Vogue Business– es la circularidad. “En términos prácticos, esto significa que los elementos de una prenda que no se descomponen fácilmente se pueden reintegrar al ciclo de producción. En lugar de desarrollar productos biodegradables, se podría hacer más trabajo para alentar esquemas de devolución, como ofrecer descuentos a quienes donen productos de lencería viejos, algo que Marks & Spencer hace en Inglaterra”. Algunas marcas también están integrando telas recicladas en lencería y ropa interior: Asos fabrica una gama hecha de poliamida, y Reformation usa elastano y poliamida reciclados en toda su línea de lencería.

¿Llegará esta tendencia a Chile? La respuesta es sí. Es solo cuestión de tiempo.

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