Hacer cardio y después pesas, parece ser la rutina perfecta, sin embargo, si tu objetivo es perder grasa, hay cosas que debes cambiar.
Para movilizar esa grasa alojada en el vientre, muslos y glúteos, que son las principales zonas que preocupan a las mujeres, se tiende a recurrir al ejercicio cardiovascular a una alta intensidad. O, peor aún, se utiliza como calentamiento previo al entrenamiento de fuerza. Esto, según los expertos, es un gran error. “No hay ningún problema cuando realizamos un cardio a baja intensidad para entrar en calor, 10-15 minutos andando. Pero realizar un cardio de intensidad antes de un entrenamiento de fuerza puede ser contraproducente”, explica a Telva Alberto Egea, coach deportivo y entrenador personal especializado.
El experto asegura que la rutina que más le conviene a las mujeres es otra, y no debe comenzar con ciardio, ni suave ni intenso. “El cuerpo tiene energía limitada. Si realizamos un cardio antes de el entrenamiento de fuerza, que es el que realmente nos interesa, no vamos vamos a tener la energía adecuada para trabajar a una intensidad importante esta parte del entrenamiento”, explica el entrenador.
El entrenamiento de fuerza es esencial si quieres deshacerte de esa grasa enquistada. Lo ideal es aumentar la fuerza y el músculo para eliminar la grasa. Es decir, restar espacio a la grasa para dárselo al músculo. Para ello, no debemos enfocarnos en el ejercicio cardiovascular si se quiere perder grasa, ni siquiera como parte de un calentamiento.
Si realmente queremos perder peso y mover esas reservas de grasa, tenemos que reorganizar el entrenamiento. “Hay que empezar con ejercicios de movilidad de tobillos a muñecas para engrasar la parte articular durante 10-12 minutos. Seguir con el grueso del entrenamiento durante 40-45 minutos que se enfoque en máquinas y pesas (entrenamiento de fuerza) imprimiendo la máxima intensidad y terminar con un bloque metabólico”, comenta Egea al medio citado.
“Para mejorar y potenciar la pérdida de de peso de manera más rápida y efectiva la gente suele hacer un bloque de cardio al final, que no está mal, pero no es la más efectiva. Suele subirse otra vez a la elíptica, a la bici, a la cinta y pasarse otros 40 o 50 minutos. En lugar de eso, yo suelo recomendar un bloque metabólico que no suele llevar más de 5, 10 o 15 minutos como mucho”, comenta el experto.
Egea explica que son ejercicios que activan ciertas rutas metabólicas y permiten movilizar las grasas del cuerpo de manera efectiva y menor tiempo. “Normalmente se trabaja con ejercicios compuestos que implican todo nuestro cuerpo, como los burpees, que están muy de moda, pero no es un ejercicio para todo el mundo. Otros ejemplos más accesibles son subir y bajar escaleras de manera rápida o jumping jacks”, explica.
Al final del bloque sientes que tu cuerpo llegó al límite. “Es llevar al cuerpo al extremo en niveles cardiovasculares, aumentar las pulsaciones a niveles muy altos (según cada cual). Jadeamos, nos falta el aire y sentimos que se nos va a salir el corazón por la boca. En definitiva, una intensidad muy alta”, sentencia Egea.