Haber dejado de ser una miembro royal senior de la corona quizás haya sido la único opción del príncipe Harry para asegurar a su familia. Sin embargo, el Megxit trajo consigo ciertas consecuencias para el hijo menos de Lady Di, entre ellas, dejar de usar el título de Su Alteza Real con el que nació. Y, más doloroso, perder los honores militares que adquirió como royal activo.
Esto trae consigo la primera encrucijada para la reina, ya que, según estipula la Ley de Uniformes del Reino Unido, no podría asistir al funeral de su abuelo Felipe con su uniforme militar. El nieto de la reina puede llevar sus medallas pero no el uniforme. Y esto, lo haría destacar sin duda alguna frente a su hermano, el príncipe William. Frente a su padre, el príncipe Carlos, y a sus tíos, el príncipe Andrés y la princesa Ana. Toda la familia tendrá el mismo uniforme militar, menos William quien entró en 2005, tal como hicieron en el funeral de la reina madre.
En esta ocasión, el protocolo le juega una mala pasada al Palacio de Buckingham y su objetivo de no centrar las miradas en Harry. Con toda la familia uniformada, menos el hijo menor de Diana, se exacerbará la división familiar y los ojos del mundo se destacará que desde ahora está en una posición inferior al resto de su familia en cuanto a títulos. Además, será la primera aparición pública de Harry en un acto familiar tras la polémica entrevista a Oprah.
El palacio quiere evitar a toda costa que la asistencia de Harry al funeral desvíe la atención del funeral del duque de Edimburgo. Pero pareciera ser algo inevitable, y es que el nieto de la reina no podrá si quiere saludar militarmente al féretro. Esto, porque exige la gorra militar. Harry, fue el único miembro royal que ha servido en misiones de combate, al igual que su tío Andrés, por lo que su presencia como civil definitivamente será un golpe para él, quien dedicó 10 años de su vida al ejército, y ha trabajado por años por militares y veteranos (Juegos Invictus).
Pero siempre que se cierra una puerta, se abre una ventana. Y pareciera haber una solución, por lo menos, para uno de los dilemas. Según la misma ley recogida en 1984: “no será legal que ninguna persona que no sirva en las Fuerzas Militares de Su Majestad llevar el uniforme de ninguna de esas fuerzas sin el permiso de Su Majestad”. Un permiso que Su Majestad ya le concedió anteriormente a su nieto en el día de su boda con Meghan Markle.
Harry se casó con el uniforme de los Royal & Blues, el regimiento para el que sirvió en Irak y Afganistán como artillero de helicópteros de combate. Si bien ya no pertenecía a ese regimiento, su abuela lo permitió. En este caso, el permiso, o la falta de este, será lo que refleje la verdadera situación familiar.
Un dilema se soluciona con un permiso oficial de la reina, y el otro vendría siendo más un cuestionamiento de los medios. El funeral es un acto oficial de la Familia Real británica, por lo que Harry en su calidad de “no activo” debiese, en teoría, quedar fuera. Sin embargo, y aún cuando renunció a usar su título de Su Alteza Real en su vida de civil, el título lo mantiene.
Si bien desde que falleció el príncipe Felipe el mundo entero ha estado pendiente, la atención también recae en su nieto. Algo que no decantará hasta este sábado 17 de abril cuando se celebre el funeral.