Edson Arantes do Nascimento, mejor conocido como Pelé, falleció a los 82 años luego de una dura lucha contra el cáncer de colon. O Rei del fútbol es considerado por muchos como el mejor futbolista de todos los tiempos, y sus tres Copas del Mundo quizás lo respaldan. Y es que allá donde iba el 10 de la selección verdeamarela, el mundo se paralizaba, incluso una guerra.
El día de su muerte, su hija escribió en la cuenta de Instagram del futbolista. “La inspiración y el amor marcaron el camino del rey Pelé, quien hoy falleció en paz. En su viaje, Edson encantó al mundo con su genialidad en el deporte, detuvo una guerra, realizó obras sociales por todo el mundo y difundió lo que él más creía que era la cura para todos nuestros problemas: el amor”, dice parte del mensaje.
Y es que levantar tres copas de Mundiales es una gran hazaña. Pero también lo es aquella ocurrida en 1969 cuando jugaba por su eterno equipo Santos. El “Escuadrón Inmortal”, como le decían en ese entonces al cuadro encabezado por Pelé, “detuvo” la guerra civil en Nigeria. Y le brindó a los ciudadano un momento de paz para la ciudad de Benín.
En aquella época se disputaba en dicha zona de África la guerra de Biafra. Un conflicto profundo que enfrentaba lo étnico con lo político y económico. Nada bueno podría salir de un enfrentamiento así y le costó la vida a más de un millón de personas.
Según cuenta la historia del propio equipo, ellos fueron invitados por el gobierno local. Y tenían previsto disputar un partido amistoso con el equipo de la selección de la región de Medio Oeste. Eso sí, solo se concretó bajo la garantía de que en territorio nigeriano se contaría con “total seguridad”.
Ante la exigencia requerida, el teniente coronel Samuel Ogbemudia, entonces gobernador de la región, decretó un día festivo el mismo día en el que el Santos llegó a la Ciudad Benín, la capital regional. Y los exjugadores que asistieron, relataron que una vez finalizado el partido y en cuanto el club brasileño se embarcó rumbo al Congo, “las hostilidades se reanudaron en la zona”.
Ahora bien, expertos en antropología e historia han cuestionado el “hecho histórico”, pero no porque no hubiese ocurrido, sino más bien por el significado que tuvo dicha visita. El investigador José Paulo Florenzano, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Sao Paulo (USP) y antropólogo del deporte, es uno de los que cuestiona el hecho. Más que parar la guerra, dice, “fue usado como propaganda de guerra”.
Pero Florenzano no llegó a esa conclusión sin antes haber investigado la visita por más de una década. Y comparó el viaje del Santos por África con la cronología de la guerra en Nigeria. Así como también, habló con fuentes y corresponsales de guerra del New York Times y otros medios. Además claro, de hablar con único periodista brasileño que acompañó la delegación deportiva. “Queda claro que la ciudad estaba completamente bajo el control del Gobierno Federal de Nigeria, por tanto no había la necesidad de cesar el fuego”, explicó en una entrevista a EFE.
En aquel momento, “la guerra estaba muy distante de Benín” y las fuerzas revolucionarias habían sido cercadas por tropas federales. Por ende, el Gobierno tenía el total control de la región.
Viéndolo bajo los ojos de Florenzano, el mayor club de fútbol de la época fue simplemente utilizado “como una pieza de propaganda en la guerra”. Esto, porque pues su presencia en Benín demostraba que el Gobierno controlaba una región clave en medio del sangriento conflicto. “El Santos no hizo una misión de paz, sino fue usado como propaganda de guerra”, destaca.
Ahora bien, el antropólogo no le quita mérito ni importancia a la importancia de Pelé y el club en esos años, es más, reconoce su poderío. Pero afirma que es “muy difícil” que un equipo de fútbol pueda detener un conflicto de esa magnitud. Sobre todo, si es uno de los más sangrientos del siglo XX y al cual le pesan graves acusaciones de genocidio.
Si fue propaganda o no, en la realidad es que Pelé llegó hasta allá liderando al club albinegro. Y por un día en Benín, en medio de la guerra, los civiles pudieron disfrutar del astro brasileño que hoy se despide con un inmenso y eterno legado.