El mito de Diana de Gales sigue creciendo, alimentado por nuevas miradas, recuerdos rescatados del tiempo y relatos íntimos. Hoy, 29 de abril se publica Dianaworld: An Obsession, la nueva biografía escrita por Edward White, que se sumerge con precisión quirúrgica en la vida, el legado y las contradicciones de una de las figuras más influyentes del siglo XX.
El libro propone una Diana multifacética: desde sus orígenes aristocráticos marcados por la historia de los Spencer y su conexión con la realeza británica, hasta sus proyectos personales tras el divorcio con el entonces príncipe Carlos, interrumpidos por su trágica muerte en 1997.
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Pero una de las historias que más ha capturado la atención es aquella famosa noche en que, camuflada con lentes oscuros y una chaqueta militar, ingresó a un bar gay de Londres junto a Freddie Mercury.
En palabras de Edward White, los momentos nocturnos y secretos fueron claves en la construcción del mito de Diana. Ya en su juventud, relataba que se escapaba del internado para bailar sola o buscar consuelo en la comida.
“La noche le ofrecía posibilidades de reinvención y aventuras anónimas”, escribe White, y entre esas incursiones destaca la visita al mítico Royal Vauxhall Tavern, uno de los bares más emblemáticos de la escena gay londinense.
La historia fue contada por la actriz Cleo Rocos, quien la vivió en primera persona junto a Kenny Everett y Freddie Mercury. En sus memorias, Rocos narra que, en algún momento de la velada, “Diana los convenció de llevarla al Royal Vauxhall Tavern, un lugar que Everett advirtió ‘no es para ti… está lleno de hombres gay y peludos’“
Ante la insistencia de Diana, Everett la ayudó a disfrazarse: “una chaqueta militar de camuflaje, el cabello escondido bajo una gorra de cuero y unos lentes oscuros estilo aviador. La observamos a la luz tenue y concluimos que el ícono más famoso del mundo moderno tal vez… SÓLO tal vez, podía pasar por un modelo gay excéntrico“.
Y funcionó. “Fue fabulosamente escandaloso y extrañamente emocionante… nadie, absolutamente nadie, reconoció a Diana”. Tras un solo trago, el grupo se retiró y al día siguiente, la princesa devolvió discretamente la ropa prestada.
La figura de Diana en el bar gay también ha sido inspiración para el musical Royal Vauxhall, escrito por Desmond O’Connor. La obra, creada a mediados de los años 2010 en plena crisis de cierres de espacios LGBTQ+ en Londres, conecta la necesidad de pertenencia de la comunidad con la de la princesa: “ambos necesitaban lugares donde pudieran ser ellos mismos”, aseguró el autor.
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