En el marco de los 50 años del Golpe de Estado en Chile, Pablo Larraín ha sido reconocido en la 80ª edición del Festival de Cine de Venecia por su película El Conde. El chileno se hizo merecedor del premio al Mejor Guión por esta osada sátira en que se representa a Augusto Pinochet como un vampiro.
El film se introduce en el lado más oscuro de este periodo de la historia de Chile, pero también hace un contundente llamado a la justicia y a la memoria.
Al recibir el premio, Larraín pronunció un sólido “No a la impunidad”, una declaración que llega precisamente en un momento en el que Chile conmemora los 50 años del Golpe de Estado.
Por su parte, agradeció la colaboración de toda una vida con Guillermo Calderón y destacó el papel crucial de sus excepcionales actores, como Alfredo Castro y el guionista Eliseo Altunaga.
Además, pidió “compasión” por los “extraordinarios guionistas” de todo el mundo, en el contexto de aquellos que se han puesto en huelga en Hollywood. El Conde obedece a una sátira en blanco y negro en la que se retrata a Augusto Pinochet como un vampiro centenario sediento de sangre. Y que busca evidenciar y denunciar la impunidad tras la dictadura chilena. También lo retrata, a él y a su dinastía, como un avaro ladrón.
La trama se desarrolla en una mansión en ruinas donde el ficticio Pinochet, interpretado por Jaime Vadell, vive con su familia. En esta versión, evidentemente alterada de la realidad, Pinochet no ha fallecido, sino que ha sobrevivido durante siglos, participando en eventos históricos desde la Revolución Francesa.
A su vez, el retrato político y satírico de Larraín ha generado cierto debate sobre la necesidad de abordar el resurgimiento de la extrema derecha y el pasado de Chile. La película, estará disponible en Netflix a partir del 15 de septiembre.
Tras su presentación en Venecia, El Conde debutó en Rotten Tomatoes con un 83% de críticas positivas. Y los críticos elogian cómo se abordado el doloroso pasado chileno a través de una mezcla de humor y horror.