Esta es una gran telenovela, con detalles de alto lujo, elegancia, millones en juego, pero no es ficción. Es pura realidad, lo que la hace más adictiva y caldo de cultivo para comentarios en cuánta reunión de amigos haya actualmente. Son solo tres capítulos los conforman la docuserie centrada en el escándalo en torno a la heredera de la compañía de productos de belleza L’Oréal, Liliane Bettencourt, y que involucró tanto a su familia como a los diferentes personajes que obtenían dinero de ella.
Este cóctel mezcla dinero, salud mental, política y engaños fiscales. El caso Bettencourt: el escándalo de la mujer más rica del mundo, es una pieza documental made in france y que está disponible en Netflix. Durante sus tres episodios recorre la escandalosa historia de la millonaria dueña de la empresa de cosméticos L’Oréal, Liliane Bettencourt.
En 2010, Liliane acaparó las portadas de todos los diarios y revistas francesas cuando su única hija Françoise llegó a los tribunales para reclamar su tutela. Un conflicto judicial que estaba movido por ambiciones económicas y que incluyó a un mayordomo, asesores, importantes políticos y al protegido de Liliane, el fotógrafo François-Marie Banier.
Estos personajes son los protagonistas de esta verdadera telenovela. Acá hay audios reales con recreaciones dramatizadas de lo que pasó, además de entrevistas a testigos y a directos involucrados en los hechos. Se detiene especialmente en Patrice de Maistre, encargado de administrar las finanzas de Bettencourt, y una de las figuras claves de esta historia.
Liliane es hija del fundador de una de las firmas de cosméticos más antiguas de Francia y la principal heredera de su imperio de millones de euros. Casada con el político André Bettencourt con quien tuvo solo una hija, pero hasta ese momento llevaba una vida aburrida como madre y esposa de una familia aristócrata. Eso hasta que conoció a Banier. El fotógrafo y amigo de las celebridades e intelectuales que la hizo renacer, pero también a quien le regaló millones de euros en seguros, efectivo y valiosas obras de artistas como Picasso.
Lo primero sospechoso que todos notaron en la mansión donde vivía, es que Liliane ordenaba al mayordomo Bonnefoy, a que grabara sus conversaciones privadas. Un acto arriesgado que destapó la evasión fiscal de la heredera y su conexión con políticos, como Nicolas Sarkozy, y algo que además sirvió a su única hija Françoise. Y es que estos mismos registros de audio fueron esenciales durante el juicio para obtener la custodia legal de su madre, como lo revela este documental lleno de enjundia y escándalo.