Nadine y Michel Vaujour lograron el escape más espectacular de la historia criminal de Francia. El hombre, fue uno de los peores criminales franceses del Siglo XX, y se encontraba confinado en una celda de máxima seguridad. Sin embargo, su esposa ideó un increíble plan que pasó de ser un caso policial, a una verdadera historia de amor.
Desde 1973, Vaujour protagonizó seis fugas exitosas de diferentes presidios, pero a principios de la década de los ochenta lo detuvieron una vez más, por robar a un banco y además dispararle a un policía, lo que incurrió en un intento de homicidio a un policía.
Hasta ese momento, parecía haber cubierto cada uno de los posibles escapes conocidos por la literatura policial y el cine de acción. Pero el 26 de mayo de 1986, hace 35 años, en Paris se escuchaba en las radios que se había producido la más espectacular fuga de la historia de la cárcel de La Santé. Se trataba de un escape en helicóptero. Sí, en helicóptero.
Esa mañana Michael Vaujour y Regis Hernández, un cómplice que estaba en su mismo pabellón, amenazaron a compañeros y guardias con lanzar granadas. Así fueron abriéndose paso. Pero en vez de ir hacia las puertas exteriores se dirigieron a los techos. Las supuestas granadas eran frutas pintadas de verde y negro por los dos reclusos. Una maniobra que solía usar Vaujour para evitar los agravantes por uso de armas de fuego.
De pronto, ante la mirada atónita de los guardias y los demás presos, un helicóptero sobrevoló La Santé. Y la sorpresa -más aún- para todos, es que quien piloteaba la máquina era ni más ni menos que Nadine Vaujour, la esposa de Michael.
Los investigadores rápidamente reconstruyeron los días previos. Nadine hizo el curso meses antes, se recibió, sumó horas de vuelo, alquiló periódicamente la nave para no levantar sospechas y el día clave, luego de levantar vuelo, aterrizó en una zona cercana, cambió las patentes del helicóptero por unas falsas para distraer a la policía, que tardaran algo más en identificarla y así ganar tiempo para su escape posterior por tierra. Y después, volvió a despegar hacia La Santé para recoger a su marido en prisión.
Nadine y Michael, tenían dos hijos pequeños, quienes se encontraban con la madre de Nadine. La búsqueda de la pareja se extendió por toda Francia, y si bien habían desaparecido, ocupaban la tapa de todos los diarios y revistas, transformando la historia policial, en una gran historia de amor.
Exactamente, cuatro meses después de su gran escape, Michael tuvo un enfrentamiento con la policía mientras robaba un banco, también en París. Uno de los disparos policiales se alojó en su cabeza, pero logró sobrevivir. Por su parte Nadine, debiro a su responsabilidad en la fuga, fue condenada a catorce meses de prisión, de los que cumplió efectivamente unos pocos. Fue liberada para dar a luz.
La pareja se disolvió unos años después. Ella estudió derecho y se dedicó a defender clientes y a luchar por los derechos de los presos y para que las cárceles presenten condiciones dignas de vida.
Michael, años después, se volvió a casar. Y permaneció varios años más detenido hasta que a principios del nuevo milenio le redujeron la pena. En total pasó 27 años preso de los cuáles casi 17 los hizo en aislamiento.
